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Channel: La cocina de Padawan
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Yemas de huevo curadas

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Ingredientes:
- Yemas de huevo.
- Sal.
- Azúcar.
Elaboración:
   El primer paso es mezclar la sal con el azúcar. En este caso la proporción que he seguido es de un 60 % de sal y un 40 % de azúcar. No pongo cantidad en gramos, puesto que depende de la cantidad de yemas que quieras utilizar. Lo mejor es que antes de nada elijas el recipiente en el que se curarán y dentro de él hagas las mediciones, de esa forma no te vas a quedar ni corto ni largo en las cantidades.
   Separa las yemas de las claras (estas las puedes usar en algún bizcocho, tortilla, merengue o lo que más te apetezca, que no están las cosas para tirar).
   Empiezo con las explicaciones de como preparar unas yemas de forma diferente:


   En el recipiente que hayas elegido pon más o menos la mitad de la mezcla de sal y azúcar y con ayuda de una cuchara haz unos huecos, que será donde vayan las yemas. Colócalas en esos huecos.


   No lo pongo en los ingredientes de la receta, pero si apetece puedes aromatizar la mezcla con alguna especia o hierba. En este caso yo le he puesto un poco de pimienta de Sichuan.


   Una vez colocadas las yemas, cubre con la otra mitad de la mezcla, con mucho cuidado de no romper las yemas!!! Cierra el recipiente con su tapa y mete en el frigorífico 10 días. Importante ponerse una alarma o apuntarlo en la puerta para que no se nos olvide que tenemos allí las yemas curando.


   A la derecha están recién sacadas de la sal. Ahora viene un paso delicado. Con mucho cuidado y con ayuda de una brocha o paño se debe quitar el exceso de sal que tienen. A la izquierda puedes ver una yema que pasé por debajo del grifo de forma rápida (lo sé, después de 10 días esperando ya podía demostrar algo de paciencia, pero durante un momento me invadió el "gonzalismo" que llevo dentro...). Si ves que no sale bien, puedes humedecer un poco el paño, pero siempre con mesura. Aunque tranquilidad, que tampoco pasa nada si queda un poco pegado.


      Llega el momento de envolver las yemas en una gasa. Sí, lo sé, hay gasas más grandes, pero no las encontré!! Por eso las pongo de esa forma.


   Una a una se van envolviendo y atando con un hilo o lo que más te apetezca. No olvides hacer un nudo y dejar hilo suficiente en forma de lazada o lo que resulte más cómodo, ya que deben colgarse en el frigorífico durante otros 10-12 días para que sequen bien.


   Para colgar las yemas lo mejor es poner unos ganchos, pero si no tienes, siempre puedes atarlo a las barras de la rejilla, o buscarte algún truquillo casero, que los hay muy buenos por ahí.
   Pasados los días de secado en el frigorífico, descuelga los paquetitos, abre y saca las yemas, que estarán secas. Guarda en un tupper y de nuevo al frigorífico hasta que las vayas a usar.

   Para utilizarlas lo mejor es usar un rallador. Las puedes usar para subir la potencia de pastas, por ejemplo una carbonara, para dar un toque a una simple ensalada, para potenciar el sabor de unos huevos fritos con bacón... Eso ya al gusto de cada uno!!!

Apuntes:
   Hoy me salto el apartado de "notas", ya que lo he explicado todo en la elaboración de la receta. Me parecía mucho más sencillo hacerlo así, a la par de más rápido.

   Y seguro que alguno se pregunta de dónde sale la idea de curar yemas, no?? Pues simple, hace como un par de meses vi en Intagram a un tipo al que sigo poner una foto de yemas justo antes de curarlas y me llamó mucho la atención. Este chico nombraba a otro del que había cogido la foto y la idea y allá que me fui a verlo. Entre los comentarios y preguntas de la gente explicaba la forma de hacerlo. Él usaba la sal y el azúcar al 50 %, pero decía que quedaban demasiado dulces, por ese motivo cambié yo las proporciones y las puse al 60-40, acierto bastante grande, por cierto.
   También las tenía unos tres días menos tanto en sal como secando, pero yo probé a sacar una y me parecía que estaba demasiado tierna aún, por lo que decidí alargar un poco más el curado.

   Cuando las tuve listas lo primero que hice fue olerlas y la sensación fue tan buena que ese mismo día decidí estrenar el "invento" de este hombre (Lorenzo se llama) en una ensalada... Bestial!!! Tienen un sabor a yema muy potente, a la vez que algo salino. De esto ya ha pasado un mes y como después de usarlas no he tenido ningún efecto raro y sigo viva, pues me he atrevido a compartirlo con todos vosotros. Espero que seáis unos valientes y os animéis a prepararlas, aunque solo sea por probar. Siempre podéis curar una sola yema y en caso de que no os guste, será poca cantidad la desperdiciada.

   En fin, que no os entretengo más. Quizá hasta Septiembre no vuelva a publicar o quizá me dé la vena y publique la semana que viene, depende de las ganas, la verdad, para qué engañarse... Eso sí, prometo que en breve volverán las recetas "normales". Lo dicho, os dejo, que tengo que hacer una mezcla de especias, que no me queda y por fin ayer fui a comprar los ingredientes al barrio de Lavapiés (Madrid). Y ahora que lo pienso, no la tengo en el blog!!! Pues nada, toca hacer fotos para subirla, aunque Ander me mate, me diga en el Facebook un "no me gusta"...

   Y por cierto, Maypi, Dani, Víctor, Sara (que también estás algo zángana, ejem, ejem)... Sigo con el blog!!!  Ahora tengo por lo menos un par de semana de cuartelillo para poner la siguiente sin que os metáis conmigo, no??.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!! O verano!!! No vaya a ser que gane la pereza...


Panch Phoron

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 Ingredientes:
- 1 medida de comino.
- 1 medida de mostaza negra.
- 1 medida de hinojo.
- 1 medida de niguela.
- 1 medida de fenogreco.
Elaboración:
   Combina las cinco semillas en un bote y mantenlo cerrado mientras que no lo uses. Esta mezcla se utiliza tanto en semilla entera como picadas o molida, dependiendo del plato.

Notas:
   Por no perder la costumbre os pongo una foto con las cantidades de semillas necesarias para esta receta, aunque esta vez no es necesaria, ya que la receta va en volumen y no en peso como habitualmente las pongo.
  Si os apetece podéis bajar un poco la cantidad de fenogreco, aunque así queda fantástica, os lo aseguro. 


   Mi recomendación es que la mezcla la tengáis en entero y si hacéis alguna receta en la que vayan machacadas o molidas, lo hagáis en el momento, ya que así conservarán todos los aromas.
   Ni que decir tiene que para potenciar el sabor de estas especias cuando van enteras, lo que debemos hacer es "templarlas" en un poco de aceite, mantequilla o ghee.
   También comentar que debéis tener cuidado de no pasaros utilizando estas especias, ya que son muy potentes y podrían echar a perder el plato que se vaya a elaborar.
   Por cierto, por si no lo encontráis como niguela, que sepáis que también se llama ajenuz o kalonji.


Apuntes:
   A esta mezcla de especias se la conoce también como "cinco especias bengalí". Es una mezcla espectacular que alegra muchos de nuestros platos. Sin ir más lejos, hace no mucho hice una receta sencillísima  usándolas. Cocí unas patatas, machaqué unas poquitas de semillas, las puse en una sartén junto con un poco de mantequilla (también se puede hacer con aceite de oliva virgen extra) y un ajo triturado. Dejé hacerse un poquito y añadí las patatas cocidas para que cogieran un poco de sabor y, por supuesto, color. Así tal cual está buenísimo!! Y se han convertido en un imprescindible en mis lentejas con verduras.

   Los que me seguís habitualmente en el blog, sabéis que además de la cocina tradicional, también me gustan mucho los sabores especiados venidos de todas las partes del mundo y esta mezcla es una muestra de ello.

   Imagino que algunos os preguntaréis donde comprar algunas de las especias que utilizo. Casi todas se encuentran por internet, ya que hay páginas especializadas que tienen lo más raro que se pueda pedir. Pero si vivís en Madrid o venís alguna vez, hay sitios donde poder encontrarlas sin problema. Muchas veces os he hablado de la tienda de Yuli (pinchando aquí encontraréis su web), que es una tienda muy cuqui que tienes casi todo tipo de especias, aunque a veces no las tiene en existencias, por lo que mejor que llaméis antes, aunque la tienda merece la pena verla.

   Hoy, aprovechando que he tenido que ir a renovar el DNI a una comisaría del centro (realmente la elegí yo, para así tener la excusa), he ido a hacerle una visitilla, pasando antes por la tienda de Manuel Riesgo a comprar bicarbonato de amonio para unas galletas.
   Nada más entrar por la puerta me ha "regañado" por llevar tiempo sin ir a verla, pero es que este verano solo he estado un fin de semana en Madrid, fin de semana que, por cierto, aproveché para dar un paseo por Lavapiés, sus tiendas y restaurantes. Han sido más de dos horas charlando con Yuli y con una amiga que estaba cuando he llegado, que si recetas por aquí, que si mezclas de especias por allá....
   Y como hay varios que me están regañando por llevar tiempo (dicen que más de dos meses) sin publicar, pues he decidido ponerme las pilas y terminar esta entrada, que lleva ya como mes y medio esperando a ver la luz, pero por unas cosas y por otras, no acabo de publicarla. Además de estar ese ratazo con ella, me he traido para casa una mezcla de curry jamaicano, que estaba ya en las últimas, ajedrea, que me hace falta para una mezcla que os enseñaré a no tardar mucho (en realidad me faltan más mezclas, de hecho, para una de ellas Yuli me ha dado un puntazo de ingrediente que le va que ni pintado) y unos chiles chipotle, que como tengo una amiga viviendo en México, pero es igual que tener un tío en Graná, pues eso... Sí, Amparito, va por ti, que desde que has cambiado del país que ahora te pisa a este que te acoge no quieres cuentas conmigo!!!

   Por cierto, ya está hecha la vendimia de este año, en breve toca hacer el aguardiente, a ver si os enseño como se hace, que es bastante interesante. Este año dice padre que quiere una alambicada con anís, le he dicho que vale, pero que lo demás va todo seco, que quiero hacer licor de hierbas, que hace mucho que no lo hago y estoy deseando volver a prepararlo.

En fin, que le doy a publicar, que sé lo que me pasa. Como me de por contar todo lo que he hecho este verano, estamos aquí hasta el día del juicio final y no es plan, que no se trata de hacer entradas largas, si no muchas entradas con recetas diferentes, ¿no?

Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!!

Ensalada de brotes de espinacas, queso, frutos secos y algo más.

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Ingredientes:
- Brotes de espinacas.
- Queso de cabra en rulo.
- Frutos secos (avellana, nuez, panchitos).
- Panceta (en inglés, bacon).
- Azúcar.
- Vinagre.
- Aceite.
- Sal.
Elaboración:
   Lo primero que debes hacer es dorar la panceta en una sartén o en microondas y ponerla a escurrir sobre un papel absorvente.
   Para preparar la vinagreta echa en un cazo el vinagre y el azúcar a partes iguales, ponlo al fuego y cuando empiece a hervir, una vez que se haya disuelto el azúcar, aparta y deja templar. Cuando baje la temperatura, añade sal y con unas varillas ve añadiendo el aceite poco a poco para que emulsione bien. Reserva mientras que montas la ensalada.
   En un plato pon los brotes de espinaca, los frutos secos, el queso de cabra, la panceta y añade unas cucharadas de la vinagreta (al gusto, pero cuidado con pasarse). Sirve en el momento.

Notas:
   Como veis, en esta receta no he puesto cantidades. El motivo de no ponerlas es que cada cual puede echar lo que quiera.
   Sí voy a decir una cantidad aproximada de vinagreta que da para aliñar unas seis ensaladas, así os hacéis una idea de lo que necesitáis. Con 100 gr. de vinagre, 100 gr. de azúcar y 50 gr. de aceite (más la sal, que es al gusto), habrá suficiente aliño para, como digo, preparar unas seis ensaladas, siempre y cuando no seáis unos brutos como yo...
   La vinagreta se puede emulsionar con lo que os resulte más cómodo, un tenedor, unas varillas (que es como empiezo yo siempre a hacerlo) o con una batidora de esas minis que hay, que lo mismo te monta la vinagreta, como te hace la espuma en un Frappé o un Cola-Cao...


   Tema panceta (antes decía bacón, como bien pone en la RAE, pero digo yo, ¿hay palabra más bonita que panceta? Total, es lo mismo y panceta es como más del terruño...). A lo que voy, es importante que se le quite el exceso de grasa. Para dorarla no le suelo poner nada de aceite en la sartén, ya que ella suelta suficiente pringue, como para encima añadirle más.


   Ni que decir tiene que los frutos secos son al gusto, se le puede poner anacardos, que le va ideal, (pero que por un empacho que cogí hace ya bastante tiempo los tengo aborrecidos), nueces en trocitos, avellanas, panchitos (para el que no lo sepa, los panchitos son los cacahuetes pelados y fritos), o lo que más os guste. A mi la combinación que más me gusta es la que os he puesto, pero como digo, va en gustos. Una cosa importante, no os paséis con la cantidad, ya que si le ponéis mucho, os resultará muy pesada.


   Para que os hagáis una idea, esa es la cantidad que le suelo poner yo a dos ensaladas. Falta una nuez que se me ha salido de plano...
   Antes de terminar el apartado de notas, decir dos cosas:
- Si os apetece, podéis cambiar la panceta por unos langostinos cocidos (realmente la ensalada original es lo que lleva).
- Para cortar el rulo de queso de cabra, que hay que reconocer que hacer taquitos se puede convertir en una odisea, lo mejor es meterlo un ratito en el congelador. Os resultará mucho más sencillo.
- Si no encontráis brotes tiernos de espinacas, también está buenísima con una mezcla de lechugas.

Apuntes:
   Os recomiendo esta ensalada con los ojos cerrados!! La comí hace tiempo en un restaurante que hay en Matalascañas (Huelva) y me encantó!! Aunque para ser fieles a la realidad, yo me pedí otra cosa, la de la ensalada fue mi hermana Maite, que no sin refunfuñar un poco, nos dejó que la probásemos y durante un momento la mesa pareció el camarote de los hermanos Marx, con el toma un trozo de mi solomillo, pincha un cacho de esto, eeeeehhhhhh, que ya has cogido, ni se te ocurra coger más, como alguien meta el tenedor en mi plato, le corto las manos... En fin, esos momentos.
   Y pasó lo que tenía que pasar, que con la tontería se me nubló la mente y al final se me fue el santo al cielo, me tiré un tiempo pensado en la dichosa ensalada, en lo buena que estaba y de pronto, un día, hablando con mi amigo Chesco me dice... Anda, pues la receta la tiene un amigo. Pero vamos a ver, ¿¿¿¿estás modorro????, haz el favor de llamar a tu amigo y que te la pase ahora mismooooo!!! El caso, que cuando me la pasó dije yo... Claro, joder, es una vinagreta dulce!!! Vamos, vamos, pa'matarme!!
   Como ya he dicho en las notas, la original va con langostinos cocidos, pero reconozco que yo la suelo hacer con panceta. Por cierto, el sitio no lo digo, ya que ha cambiado de dueños y este año, al pasar por la puerta mientras que daba un paseo y acercarme a ver la carta, he visto que han cambiado todo, ya no tienen los platos que tanto me gustaban y los que tienen en carta no me llamaron la atención, por lo que directamente decidí no ir este año a cenar allí. Daré una pista, por si alguien más ha ido allí: El restaurante se llama igual que unas casitas que hay al lado y también tiene el mismo nombre que la casilla de campo que tienen mis queridísimos Miguel y Mari (mami, si lees esto no vayas a decir el nombre en los comentarios, ¡¡¡que te veo venir!!!).


   Del desayuno/comida que tuve ayer con Pin y Pon no voy a comentar nada, tan solo que acabé de comer y no me podía ni mover. ¡¡Qué bueno todo, madre mía!!. Ahora tenemos que quedar otra vez, ya que me vine a casa con un par de tuppers y se los tengo que devolver (cualquier excusa es buena). Los pimientos del piquillo rellenos estaban que daba la hora, ahora me arrepiento de no haberme comido un par de ellos más, pero ya no hay nada que hacer. Y la tarta estaba de vicio, pero me remató. Hice una foto peor de lo que es habitual, por lo que no la pongo, ya que no le haría justicia. Pero por si os apetece buscarla, era la "hummingbird cake". Ahí me queda un poco de crema y el técnico me ha dado tarea para hoy, me ha dicho que quiere que le haga unos bollos de Bath (pinchando aquí iréis a la receta) y en ellos estoy. Se va a alargar la cosa un poco, ya que esta mañana se me olvidó hacer el prefermento antes de salir de casa, pero ya estoy en ello.


   Y nada más por hoy, a ver si me acabo de centrar y hago una receta con bien de pringue, que si no, Ander me regaña por el Facebook (hasta Sergio me regañó). Pero eso será otro día, cuando tenga algo nuevo que contar...


   Nos vemos en unos días... ¡¡¡Feliz semana a todos!!!


Cachuela o caldillo extremeño.

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Ingredientes:
- 350 gr. de hígado de cerdo.
- 300 gr. de lomo de cerdo ibérico.
- 400 gr. de manteca de cerdo ibérica.
- 3 dientes de ajo.
- 7 gr. de comino molido.
- 11 gr. de pimentón dulce de La Vera.
- 12 gr. de sal.
- 2 hojas de laurel.
- 2 clavos de olor.
Elaboración:
   Para empezar, pon en un plato todas las especias que debes utilizar en la receta para así tenerlas a mano a la hora de usarlas.
   Corta el hígado y el lomo en trozos no muy grandes y corta los ajos en láminas. Mientras, en una sartén pon la manteca para que se vaya derritiendo. Una vez que está derretida, sofríe los ajos en ella y reserva. Pon en la sartén las dos hojas de laurel y mantenlas dentro mientras que se hacen el lomo y el hígado. Echa el lomo y fríe a fuego no muy fuerte hasta que esté hecho. Reserva. Añade el comino, los dos clavos y el hígado a la sartén repitiendo la misma operación, hazlo hasta que deje de estar crudo.
   Con un robot de cocina, batidora o lo que tengas en casa para triturar, pasa el lomo, el hígado, los clavos de olor y los ajos que tenías reservados (cuidado, que no vayan las hojas de laurel) hasta que tenga textura de paté. Lo mejor es que añadas un poco de la manteca para que sea más fácil triturarlo. Devuelve la mezcla a la sartén, añade el pimentón, moviendo bien para que se mezcle y deja a fuego lento unos 15 minutos.
   Llegados a este punto ya tenéis listo el plato, pero ahora tenéis dos opciones, una, no mover mientras que se enfría, lo que hará que la manteca suba a la superficie y la otra, que es la que yo hago, es ir moviendo de vez en cuando para que la manteca no suba y tener siempre todo bien mezclado.

Notas:
   Esta, al igual que otras recetas no tiene mucha complicación, pero ya sabéis de mi costumbre de fotografiar diferentes momentos del proceso, por eso de si alguien pudiera tener alguna duda.


   Comencemos con las especias. No voy a volver a decir, o al menos voy a intentar no hacerlo, eso de que os recomiendo que os compréis una basculita de precisión (aunque me suena que esto ya lo he dicho antes). En la foto veis la cantidad de especias que se necesita, aunque realmente la sal no es que se vea muy bien que digamos, pero eso es lo de menos, ya que se puede rectificar al final y como todos sabemos, mejor quedarnos cortos que pasarnos. El pimentón que uso es dulce, de La Vera, por supuesto, pero a estas alturas creo que nadie duda de eso. Los clavos los podéis sustituir y ponerlos molidos directamente, aunque a mi me gusta mucho más así.


    Aquí tenéis el hígado y el lomo ya partido. Como veis, no son trozos muy grandes, de esa forma consigo que se hagan bien por dentro lo antes posible. Deciros en este punto que podéis jugar con las cantidades de uno y otro.


   Estas cuatro fotos en una no es que tengan mucho misterio, pero podéis ver, por la forma de la manteca, que la que utilizo es la que viene en una tarrina (ibérica, eso sí). También podéis ver el punto de fritura de los ajos. Hay quien los pone crudos, pero como que no... El lomo veis que está hecho, pero para nada está pasado de fritura, debe quedar en su punto, al igual que el hígado, que en la foto está en pleno proceso de fritura.


   Como bien os digo en la elaboración de la receta, es importante que al retirar el hígado de la sartén no os llevéis a la trituradora las hojas de laurel. A la hora de triturar ya sí es una cuestión de gustos. Si os gusta encontraros trocitos en plan rústico, lo pasáis menos, si os gusta como a mí, pues se le da más rato. Eso sí, si echáis un poco de manteca ayudará a que se haga mejor y más rápido.


   Una vez que devolváis el picadillo que habéis hecho a la sartén y teniendo el fuego medio, es el momento de añadir el pimentón. Debéis mezclar bien y cuando empiece a burbujear, hay que bajar el fuego al mínimo y dejar que se vaya haciendo lentamente al menos durante 15 minutos.  Es muy importante controlar la temperatura para que no se queme el pimentón y amargue. Aunque en realidad está hecho, ese rato al fuego hace que todos los sabores se mezclen bien.


   Y pasado ese rato, ya tenéis la cachuela o caldillo listo. En este punto es cuando decidís si moverlo de vez en cuando para que todo siga mezclado, que es como a mi me gusta o, por el contrario, dejarlo tal cual para que la manteca suba y ya ir mezclando vosotros cuando os hagáis las tostadas. Si elegís esta segunda opción, lo suyo es que antes de que enfríe lo repartáis en los botes en los que va a estar.
   Para conservarlo, lo mejor es tenerlo en el frigorífico, que aunque se queda como tiesorro, atempera en un momento cuando se saca para usarlo, sobre todo cuando se pone encima de un trozo de pan recién tostado...

Apuntes:
    Antes de nada, deciros que la mayoría de la gente hace la cachuela tan sólo utilizando hígado de cerdo, pero mi abuela, en una de las muchas conversaciones que tenía con ella, me contaba que su madre siempre le metía lomo, ya que suavizaba muchísimo el sabor final. Y yo, que soy muy bien mandada (cuando quiero y me conviene, claro), siempre lo he hecho como ella me decía. En casa, mientras que mi abuelo vivía siempre se hizo matanza, ella me contaba que no era muy de hacer esto, pero me dijo como lo hacía mi bisabuela María Teresa. Aviso, a pesar de llevar lomo, tiene un sabor muy peculiar, por no decir potente. Caco dice que no entiende como puedo desayunar esto estando recién levantada, pero en eso salgo a mi abuela, que desayunaba muchos días una rica masilla de ajoblanco en su pan recién tostado.
   Casi, casi me tiro otra temporada sin poner esta receta, ya que cuando acuerdo, ya no me queda nada para hacer una triste foto, vamos, mirad como quedó ayer uno de los dos botes (salen 4 del tamaño que yo uso):


   Por eso, esta mañana, antes de nada, he cogido un cacho de pan de ese que se compra tostado y aprovechando que tenía hambre, lo he untado, he hecho una foto y me lo he comido. Así he matado dos pájaros de un tiro, hay foto para el blog, aunque la cambie otro día que tenga pan en condiciones y he saciado un poco el hambre que arrastraba, que no era poca.

   En todo este tiempo sin publicar, que acabo de ver que hace ya un més que no lo hacía ha dado tiempo a hacer el aguardiente. ¡¡¡Yo ya tengo mi parte guardada para que nadie me lo quite!!! Este año quiero hacer licor de hierbas, que el año pasado no lo hice.
   La verdad es que hacer el aguardiente no es que sea muy "trabajoso", el problema es que sale tan poquito que se hace eterno. Lo mejor es que pasas un fin de semana en familia. Discutir, se discute mucho, bueno, realmente la que discute soy yo, que si el fuego está muy fuerte, que si el fuego está muy flojo, que si hay poco caldo en el alambique, que si eso está enguachinadito... Es curioso, pero incluso sin medir el alcohol que va sacando el aguardiente, se sabe cuando hay que parar de guardar lo bueno y empezar a deshechar. Aunque siempre aparece mi madre diciendo... ¡¡¡Esperaaaaaaa, esto déjalo para los dulces!!!

   Por cierto, hace tiempo que no os enseño como va creciendo Carlota, ¿verdad?


   Está para comérsela (la que está con ella es mi tía Virgi, que apencó un buen rato con ella ese día), pero a la modorra no le apetece hablar, ella debe pensar que no le hace falta, que tiene un dedo mágico y con señalar todos debemos adivinar lo que quiere. Con papá, mamá y de vez en cuando tita, parece que le sobra, aunque cuando cuentas y llegas al cinco, lo dice a las mil maravillas. Igual el 25 de Diciembre nos sorprende y nos dice Feliz Navidad...

   Por cierto, hablando de críos, mi primo Joaquín Pablo y Noe ya han tenido a Martina, es una niña preciosa y les pediré permiso para enseñaros al nuevo miembro de la familia cuando nos juntemos. Le haré unas fotos y después les lloraré para que me dejen. ¡¡¡Iré practicando la cara de pena!!!

   Antes de acabar, decirte Ander, que sé que me leerás, y espero que esta receta llena de pringue te guste, aunque conociéndote, seguro que le pondrás peguitas...

   No me entretengo más, voy a hacer uan mezcla de especias, que me queda muy poquita. Conocéis el Ras el Hanout, ¿no?. Pues eso voy a hacer. Igual le hago fotos y la subo al blog, que como todas las mezclas, es fácilísima y siempre queda mejor cuando la haces en casa.

   Nos vemos en unos días (espero que no meses, que me conozco últimamente)... ¡¡¡Feliz semana!!!


Cinco especias chinas

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Ingredientes:
- 5 unidades de anís estrellado.
- 1 cucharaditas de pimienta de Sichuan.
- 2 cucharaditas de semillas de hinojo.
- 1 rama de canela.
- 34 clavos de olor.
Elaboración:
   Pon todos los ingredientes en un molinillo y muele hasta convertir la mezcla en polvo. Si quieres, para hacerlo más fino, pasa por un tamiz o colador, aunque no es necesario.
   Guarda en un bote, preferiblemente de cristal bien cerrado hasta que lo tengas que utilizar.

Notas:
   Como casi siempre que hago mezclas de especias, os pongo una foto de todas antes de meter en el molinillo, por dos motivos, uno, para que veáis más o menos la cantidad de especias que lleva. Otro, para que por si no conocéis alguna, al menos le "pongáis cara".


   No creo que, si tenéis  a mano alguna tienda de especias, os resulte difícil encontrarlas, ya que esta vez son muy comunes. Si no hay tiendas cerca, siempre se puede recurrir a una web especializada, aunque cuidado, que empiezas a ver especias, a meterlas en el carro y nunca se ve el fin.


   Como siempre mi consejo para ciertas mezclas es que os compréis por nada y menos un molinillo para molerlas si es necesario. Yo tengo uno muy resultón, que tiene dos cuchillas, una para moler café y otra para moler especias. Si es mucha cantidad la que hago, directamente va a la Thermomix, que lo deja perfecto, pero para cantidades más pequeñas van de cabeza al molinillo.

Apuntes:
   Sabéis que habitualmente me gusta poner las cantidades en gramos, de esa forma siempre es la misma cantidad, pero hoy voy a variar, ya que siempre la preparo tal cual la pongo arriba. Aunque ya puse las cucharas con las que mido en la receta del sazonador tex-mex, os la pongo de nuevo. Muchas veces os he contado que es una inversión muy baratita y nos ayudan mucho a la hora de cocinar. Se mide muy rápido con ellas y su uso es muy sencillo, tan sólo hay que llenar, enrasar y listo.


   ¿Son preciosas, verdad? Pues ya sabéis, un paseito a una tienda y a comprarlas si no las tenéis, que como dice mi querido Eusebio, hay que internacionalizarse un poco.

   Si vivís en Madrid, sabéis que siempre recomiendo la tienda de Spicy Yuli, en la calle Valverde. Si en Madrid queréis tiendas de esas que tienen mil cosas y que ni preguntando al tendero os enteráis, hay que dar un paseo por Lavapiés o ir a General Margallo, eso sí, id con el dinero contado o no me hago responsable de lo que gastéis.
   Si vivís en Sanlucar de Barrameda o cerquita, tenéis la tienda de Eima, en la calle Ancha. Decidle que vais de mi parte, que igual en vez de regalaros una sonrisa, os regala dos.
   Si vivís en Pontevedra, tenéis al menos dos opciones. Una, ir a la tienda Mijallas, en la calle César Boente. Es una tienda relativamente nueva, en la calle que baja a la "Plaza" (mercado), que está muy bien surtida. Y la otra es ir a Amelia, en la calle Marqués de Riestra.

   La verdad es que llevo tiempo con ganas de hacer un listado de mis tiendas favoritas y no lo acabo de ponerlo en el blog. Creo que será una de mis siguientes publicaciones, ¡¡decidido!!

   Se me olvidaba, para qué utilizar esta mezcla. Casi para todo, podéis preparar un wok, añadirlo a un guiso de ternera, si tenéis alguna vez un pato a mano, también le va genial (yo estoy cocinando ahora mismo un ganso utilizándola), para pasta, galletas, bizcochos, ... Como veis es una mezcla muy versátil. Ya me contaréis qué tal os va con ella.

   Nos vemos en unos días... ¡¡¡Feliz semana a todos!!!

Pastel de zanahoria o carrot cake

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Ingredientes:
- 4 huevos.
- 244 gr. de harina de repostería.
- 266 gr. de zanahoria.
- 288 gr. de aceite de girasol.
- 222 gr. de azúcar caster.
- 222 gr. de azúcar moreno.
- 1 cucharadita (tsp) de bicarbonato.
- 1 cucharadita (tsp) de impulsor químico.
- 1 cucharadita (tsp) de canela molida.
- 5 gr. de sal.
Elaboración:
   Lo primero que debes hacer es preparar el molde en el que vayas a hornear el pastel, ya sea forrándolo con papel, poniendo algún tipo de grasa o como suelas hacerlo. También rallar las zanahorias y además, es aconsejable que tamices la harina junto con el bicarbonato, la canela, la sal y el impulsor químico.
   En un cuenco grande, pon los cuatro huevos junto con los dos tipos de azúcar y bate hasta que espume un poco. Añade el aceite de girasol poco a poco sin dejar de batir. Cuando acabes, añade el preparado de harina que tienes ya tamizado y mezcla bien. Una vez que lo tengas, incorpora las zanahorias ralladas y mueve para que se repartan bien por toda la masa.
   Vuelca en el molde y hornea una hora a 100º C y dos horas y media a 130º C. Deja templar antes de desmoldar.

Slow cooker: También he hecho la receta en la olla lenta, tanto con molde como sin él. Todavía estoy viendo tiempos, pero con dos horas y media queda como en la foto principal de la entrada.

Notas:
   Bueno, lo primero disculparme por no poner fotos de algún paso, pero no las tengo. La próxima vez que prepare este pastel, haré alguna y editaré la entrada, pero es que hoy, o lo hago así, o no publico.
   Sí os pongo la foto de un molde para que veáis la forma que tengo yo de forrarlos. No es el que utilizo para hacer esta receta, pero vale para que os hagáis una idea.


  El azúcar caster, por si hay alguien que no lo sepa, es un tipo de azúcar que está entre el "normal" y el azúcar glas. Si no lo encontráis tenéis la opción de moler un poco el de toda la vida o utilizarlo tal cual. El fin de usar este tipo de azúcar es para que se disuelva mejor.
   El peso de las zanahorias es ya en limpio. Se pueden rallar, o como yo, pasarlas por algún procesador de alimentos, tipo Thermomix.
 
 Lo dicho, queda pendiente la edición de la entrada esta, para completarla.

Apuntes:
   Antes de nada decir que, aunque a priori las medidas puedan parecer un poco raritas, es la medida que hago yo de la receta que me pasó Sergio ("el vasco-escocés") hace ya tiempo. Poco a poco os iré poniendo alguna de las que me ha dado. Por si queréis ver las medidas originales y así adaptarlas a la cantidad que mejor os convenga, os pongo la foto de la libreta con la receta (la libreta de Sergio, no la mía).


   Es una receta que recomiendo cien por cien, eso sí, no para comer todos los días, que tiene mucho peligro...

   ¿Sabéis que el otro día me cargué la báscula de la cocina por dejarla en la vitrocerámica y encender el fuego que no era? Pues sí, tenía mi gran olla de Le Creuset en el fuego de fuera, no vi detrás la basculita de marras y ¡¡zas!!, pensaba que estaba calentando el agua para hacer el pollo Vindaloo y, sin embargo, estaba cocinando a la pobre...


   Mejor no os cuento como me sentí, vamos, los lagrimones se pasearon bien tranquilos por mi cara, madre mía, ¡¡¡qué impotencia!!!. Caco se reía, yo lloraba y la pobre báscula ni se quejaba. Ayer, aprovechando que fuimos a ver una cosa a la zona comercial en la que está Ikea, mandé a madre un WhatsApp para ver si me regalaba el termómetro de sonda que tienen y unos programadores, pero tuve tan mala suerte que estaban agotados, por lo que cogí el termómetro y me fui en busca de los programadores a otro sitio. Mientras que los buscaba, vi un peso, normal, simple e ideal para sustituir el quemado, por lo que decidí que total, ya que estaba, también me lo podría regalar. Y al final conseguí encontrar los programadores en otro sitio. Aunque en la foto aparece uno, en el paquete vienen dos. Los quiero para utilizarlos con las ollas lentas (slow cooker), para no tener que estar pendiente de horarios.


   Mami, ¡¡¡muchas gracias por los regalos!!! Ayer se me olvidó mandarte la foto, pero aquí la tienes ya, aunque como digo, falta uno de los programadores.

   Y ahora, a ver si me pongo las pilas y voy publicando más a menudo, que tengo unas pocas de recetas pendientes y no acabo de sacarlas a la luz, como el pollo Vindaloo, un par de mezclas de especias, entre ellas, una para pasta-pizza que está que quita el sentido, unos huevos, unas galletas que me también me pasó Sergio que son una delicia, un "pulled chicken" para hacer en la olla lenta y alguna más que ahora no recuerdo.

   Y lo dicho, ya editaré la entrada con tranquilidad, cuando tenga fotos medio decentes del pastel y de los pasos a dar, aunque realmente no haga falta. La foto principal es del trocillo que queda, pero es que he pensado que o lo hacía así o iba a tardar en poneros la receta.
  
   Nos vemos en unos días... ¡¡¡Feliz semana a todos!!!

Dukkah

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Ingredientes:
- 70 gr. de avellanas.
- 35 gr. de sésamo.
- 30 gr. de comino.
- 20 gr. de cilantro.
- 5 gr. de azúcar moreno.
- 3 gr. de sal.
Elaboración:
   En una sartén, debes tostar por separado las avellanas, sésamo, comino y cilantro. Deja enfriar y tritura en un mortero junto con la sal y el azúcar moreno.
  Para conservarlo, mete en un bote bien cerrado. Se mantiene durante mucho tiempo.
  Estupendo en ensaladas, en tostadas con pan y aceite, guisos de cordero...

Notas:
   Para no perder la costumbre, os pongo la foto de los ingredientesnecesarios para elaborar esta mezcla de especias.


   Esta vez los ingredientes son muy comunes y no os resultará complicado encontrarlos, por lo que no hay excusa para no prepararlo.
   En otras ocasiones os recomiendo pasar la mezcla de especias por un molinillo, sin embargo, en este caso, lo mejor es que, como digo en la elaboración, paséis la mezcla por un mortero. De esta forma no se reducirá todo a polvo y a la hora de comer, encontraréis los trocitos.
   Es muy importante también dejar enfriar bien las semillas y los frutos secos antes de triturarlos. Y lo más importante de todo, que no se os quemen al pasarlos por la sartén, que recuerdo que la primera vez que lo hice, me cargué el cilantro y amargaba más que la hiel (que no la he probado, pero si lo dicen, así será)

Apuntes:
   Espero que os guste esta nueva mezcla de especias llamada "Dukkah", que no tiene nada que ver con la dieta esa de la que unos hablan tan bien y otros hablan tan mal...
  
   Esta es una mezcla muy típica en Egipto. La que hoy pongo en el blog es la versión más simplificada, para no liaros. Por supuesto que podéis cambiar las avellanas por otro fruto seco. Con nueces también está muy rico. Una vez que tengáis la mezcla hecha, siempre os podéis animar a añadir más especias, para ir complementándolo a vuestro gusto. Ya os digo que por ejemplo, con unos golpes de molinillo de pimienta negra es bestial. También casa muy bien con ralladura de limón, menta, cayena, tomillo... Como digo, hay mil variantes y es ahí donde debe entrar a jugar vuestra imaginación.
   Una opción es tener la mezcla básica hecha y según en lo que se vaya a usar, complementar en el acto la cantidad que se vaya a utilizar. Por ejemplo, si lo echáis a un guiso de cordero, se le añade algo de menta, si es para pescado, un poco de ralladura de limón, si es un pollo, tomillo y así con lo que os apetezca.
   Y como en todas las mezclas, el gusto es muy personal, tal vez os guste con algo menos de comino, cilantro... ¡¡¡Vaya usted a saber!!! Por ejemplo, yo no le ponía azúcar, hasta que un día hablando con Yuli en su tienda, sobre mezclas y "pócimas", me dijo, "yo le pongo azúcar moreno, un poco, pero le pongo, verás, prueba" y con una cucharita puso un poco en mi mano para que lo probase. Menudo cambio le da el poquino de azúcar, ¡madre mía!. Desde ese momento, cuando preparo, siempre va con ella.

   Y hasta quí ha llegado la entrada de hoy, me podría extender más, pero al final sería repetir y repetir, por lo que mejor que dediquéis el tiempo a otros menesteres más productivos. Yo voy a ver si antes de que lleguen las fechas "de paz, amor y felicidad", vamos, la Navidad (no soporto cuando la gente dice "navidades"), subo al menos otra receta, que sintiéndolo mucho por Ander, pero la que voy a poner lleva muchas especias. Y mientras, sigo tirando de especiero para enseñaros más mezclas que preparar y usar en casa.

   Por cierto, que se me olvidaba, ¿habéis visto el nuevo vídeo que he subido al canal de YouTube? Pues pinchando AQUÍ podéis verlo. Espero que os guste.

   Nos vemos en unos días... ¡¡¡Feliz semana a todos!!!

Huevos rellenos "a la mostaza"

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Ingredientes:
- 8 huevos.
- 70 gr. de mahonesa.
- 30 gr. de mantequilla.
- 18 gr. de mostaza.
- Una pizca de cayena.
- Sal.
- Pimienta.
- Cebollino picado.
Elaboración:
   Lo primero que debes hacer es cocer los huevos (a estas alturas no voy a contar como hacerlo). Pártelos por la mitad y separa la clara de la yema.
   En un bol pon la mahonesa junto con la mantequilla (a temperatura ambiente), la mostaza y el poquito de cayena (eso al gusto, dependiendo del grado de picante que te guste). Mezcla un poco y añade las yemas que tenías reservadas, mezclándolo todo muy bien. Si quieres, puedes meter la mezcla en la nevera hasta la hora de servir.
   Dispón los huevos en el plato en el que vayas a servirlo y con ayuda de una manga pastelera, un papel con forma de cucurucho o una cuchara si no tienes ninguna de las otras dos cosas, reparte el relleno en los huecos de las claras. Espolvorea con un poquito de cebollino y sirve.

Notas:
   No me quedo tranquila, aunque parezca que todo el mundo sabe cocer un huevo, puede que no sea así, por lo que a modo de noción básica (ojo, hay varias formas de hacerlo y cada uno lo hace a la suya, por ejemplo, hay gente que los mete en el agua una vez que empieza a hervir. Eso ya lo dejo a vuestro gusto.), pon los huevos en una olla, siempre es preferible que estén a temperatura ambiente y no recién sacados del frigorífico, cubre de agua, echa un poquito de sal y desde el momento en el que empieza a hervir, deja unos ocho minutos. Una vez que pase el tiempo y para cortar la cocción, quita el agua caliente y refresca con agua fría.


   En la foto podéis ver que, como digo en la elaboración, primero mezclo un poco todos los ingredientes a excepción de las yemas, que añado cuando ya está la mezcla lista. También se puede ver la cantidad de cayena que pongo. Es tan poquito que no se nota, pero sí le da un toque a la receta. Evidentemente si os gusta mucho que picante, se le puede poner más, pero también es cierto que enmascararía el sabor del resto de los ingredientes.


   Y esta foto? Pues para enseñar como echo yo la mezcla en los huevos. Hago una especie de manga con un papel, le pongo la boquilla que necesito en ese momento y listo. También lo podéis poner con ayuda de una cuchara, una manga de verdad, o con lo que os resulte más cómodo. Yo lo que hago es que lleno el "cucurucho" de papel y lo guardo en el frigorífico hasta un momento antes de usarlo. De esa forma coge consistencia y se mezclan bien los sabores.
   Un truquillo para que los huevos no bailen en el plato es cortar un poco de la base, para que se quede plana y sin moverse.

Apuntes:
   Más simple que el agua de los milagros, que se suele decir por ahí. Ni qué decir tiene que hay mil formas de rellenar unos huevos, pero esta es de las que más hago en casa, aunque realmente son todas facilísimas. Como no voy a llenar el blog de recetas de huevos rellenos, os dejo aquí algunas ideas, para que las tengáis en cuenta, aunque la mayoría de ellas seguro que las conocéis, nunca viene mal recordarlas. Partimos siempre de unos huevos cocidos. Por supuesto no pongo cantidades, ya que depende siempre de los que queráis o necesitéis usar:
- Huevos rellenos de atún: Se mezcla la yema, el atún de lata bien escurrido del aceite y unas cucharadas de mahonesa, se rellenan las claras con la mezcla. Se puede añadir un poco de tomate frito a la mezcla. Se disponen en una fuente y si se quiere, se pone un poquito de mahonesa por encima.
- Huevos primavera: En un bol se mezclan las claras ralladas junto con unos rabanitos también rallados. Se mezclan con mahonesa y se rellenan las claras. La proporción aproximada es por cada dos yemas, cuatro rabanitos.
- Huevos rellenos de gambas: Se pelan las gambas. Con las cáscaras y las cabezas de hace un caldo. Se cuela y se le añade jerez. Se pone a hervir de nuevo y se añaden las gambas troceadas. Cuando arranque de nuevo a hervir, se retira del fuego y se deja templar. Se mezclan las yemas con aceite y un poco del agua de la cocción y se liga bien. Se añade patata cocida previamente cortada en cuadraditros, lechuga en juliana, alcaparra, pepinillos y por último, las gambas troceadas y con eso se rellenan los huevos.
- Huevos rellenos de ensaladilla: Tan sencillo como rellenar las claras con ensaladilla rusa y espolvorear las yemas para adornar. También se pueden integrar en la ensaladilla.
- Deviled eggs o huevos del diablo: Esta receta es similar a la que yo he puesto arriba, con la diferencia de que no lleva mantequilla y por supuesto, el punto de picante debe ser considerable. Aunque siempre va en gustos.
- Huevos con yogur: Mezclar las yemas con yogur griego, añadir tomate deshidratado muy picado, un poco de pimentón de La Vera y sal. Rellenar los huevos. Aparte, saltear chalota en una sartén y poner por encima de los huevos rellenos a la hora de servir.

   Podría extenderme mucho más poniendo recetinas de este estilo, pero para ir probando ya tenéis unas cuantas. Otro día lo dedicaré a recetas de huevos cocinados, que así en plan rápido hay también unas cuantas.

   Por cierto, sí, el huevo de la foto parece que lo ha roído algún bichillo, pero cuando me quise dar cuenta, ya habían desaparecido todos los huevos y no, no me "ha vagado" hacer más. Si me acuerdo, cuando los vuelva a hacer cambio la foto y si no me acuerdo, así se queda para los restos, como otras muchas que no termino de cambiar...

   Espero que os gusten, si no los de la foto, sí alguna de las otras opciones. Ya me contaréis lo que os parece. Y ahora, en cuanto le de a publicar la entrada, me lío con la siguiente, a ver si por fin me centro y no publico de forma tan espaciada, que tengo muchas recetas "nuevas" que enseñaros.

   Nos vemos en unos días... ¡¡¡Feliz semana a todos!!!


Apple butter (mantequilla de manzana)

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Ingredientes:
- 750 gr. de manzanas Golden peladas y descorazonadas.
- 18 gr. de vinagre de manzana.
- 80 gr. de azúcar blanca.
- 25 gr. de azúcar moreno.
- Canela.
- Clavo.
- Pimienta de Jamaica.
Elaboración:
   Lo primero que debes hacer es partir en rodajas de entre tres y cinco centímetros las manzanas. Ponlas en la olla de cocción lenta junto con el vinagre, tapa y mantenlas en "High" durante siete horas aproximadamente.
   Pasado ese tiempo remueve, vuelve a tapar, pon "Low" en la olla y sigue cocinando las manzanas unas 9 horas más.
   Añade el azúcar, las especias en polvo, mezcla, vuelve a tapar y cocina de nuevo, esta vez durante 4 horas, para que la manzana coja los aromas de esas especias.
   Pasadas esas horas, tienes dos opciones, dejarlo tal cual, o hacer como yo, meter la batidora y triturar, para que sea una mezcla muy suave.

Notas:
   Empiezo comentando que esta receta, además de en "slow cooker" se puede hacer en una olla normal, pero no penséis que es una cosa rápida, ya que os llevará unas ocho o diez horas tenerla lista, por eso se requiere mucha paciencia.
   En el frigorífico aguanta perfectamente un mes o dos y si las ponéis al vacío, la conservación pasará del año, llegando casi a dos en perfecto estado. Eso sí, hay que asegurarse de que esté bien hecho ese vacío.
   Os pongo una foto del grosor que doy yo a las manzanas. por supuesto que podéis hacerlo del modo que más os guste, pero así se hacen mucho mejor que partiendo en gajos, por poner un ejemplo.


   Lo siento por la foto, pero el día que metí las manzanas en la "slow" no hice foto y como me acabo de comer una, pues he aprovechado para sacarle una foto rápida.
   Las especias como podéis ver en la foto que pongo, son muy poquitas. De canela va 1/4 de cucharadita (medida americana, que así no hay líos), de clavo algo menos de la mitad de esa cantidad y de Pimienta de Jamaica lleva un grano. Aunque en la foto está entero, en la receta va machacado.


   Esta receta está para hacerla en la olla de cocción lenta que se conoce como "la mini", es decir, la slow cooker de litro y medio de capacidad. Si tenéis una mayor y queréis hacer más cantidad, podéis subir un poquito los tiempos.
   Con esta cantidad tendréis para llenar dos botes del tamaño en el que suelen venir las salsas esas que se usan para mojar los nachos y similares.


Apuntes:
   Que nadie se asuste con el nombre de "mantequilla" de manzana, ya que como habéis comprobado no lleva nada de lácteos en la receta. Es como si fuera una especie de mermelada, pero con muchísima menos azúcar y mucho más rica (para mi gusto, claro).
 
   La mejor forma de degustarla es en una buena rebanada de pan, untada primero con mantequilla (de la de toda la vida) y después con esta otra, la mezcla es espectacular. Por supuesto que también queda de vicio como cobertura en una tarta, también para relleno, como acompañamiento de unas chuletas de cerdo, con un poco de queso y nueces, en un emparedado con mantequilla, pavo, queso y rúcula, a la plancha para que el queso funda… Es que está buena de todas las formas posibles!!

   Espero que os animeis a preparar esta sencilla receta. Vale, reconozco que es un poco larga de elaborar, pero el trabajo que da es poco, tan sólo es organizarse. Si tenéis una hora más o menos fija para ir a dormir, lo mejor es poner el tramo de cocción de siete horas por la tarde, dejar el largo de nueve para la noche y el cortito de cuatro para la mañana.

   No tengo mucho más que contar por hoy, tan sólo que aunque parezca que no, los 750 gr. de manzana que lleva la receta entra perfectamente en la olla, aunque parezca que no. Por cierto, si veis que al pincipio se queda la tapa como bailona, le ponéis un peso encima y solucionado.

   Nos vemos en unos días… ¡¡¡Feliz semana a todos!!!

Albóndigas rellenas de queso (Slow Cooker)

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Ingredientes:
- 250 gr. de ternera picada.
- 250 gr. de cerdo picado.
- 1 huevo.
- 1/2 taza de pan rallado.
- 1/4 taza de leche.
- 1/4 taza de parmesano rallado.
- 1/4 taza perejil picado.
- 1 tbsp. de vino tinto.
- 1 tsp. de sal.
- 1 tsp. de pimienta molida.
- 1/2 tsp de ajo molido.
- 1/2 tsp. de pimentón.
- 1/4 tsp. de semillas de hinojo.
- 1/4 tsp. de cayena molida.
- 550-600 gr. de tomate frito o salsa de tomate.
- Queso mozzarella para meter dentro de las albóndigas.

Elaboración:
   En un cuenco en el que quepa todo bien, mezcla todos los ingredientes que he puesto más arriba, excepto el quesomozzarella y la salsa de tomate. Tapa con papel film y deja que la carne coja los sabores de las especias, a la vez que compacta un poco para poder manejar con facilidad. Si lo dejas de un día para otro, mucho mejor.
   Pasado ese tiempo de reposo, porciona la carne en bolas de unos 50 gr. más o menos, coge un trozo de queso mozzarella, mete dentro y cierra bien las albóndigas de una en una.
   Pon un poco de salsa de tomate en el fondo de la olla, una capa de albóndigas, otro poco de tomate, más albóndigas y así hasta terminar de colocar todas, terminando siempre con la salsa de tomate, hasta que queden cubiertas.
   Coloca la olla en posición "High", tapa y cocina durante dos horas. Pasado ese tiempo, ya deben estar listas para degustar con el acompañamiento que más te guste.

Notas:
   Empezamos con las explicaciones... Lo primero, antes de que se me olvide, decir que la receta original va con mitad ternera, mitad salchicha italiana, pero imagino que a muchos no os será fácil conseguirla donde vivís. Si tenéis suerte y la encontráis, debéis modificar los ingredientes que he puesto arriba, puesto que ese tipo de salchicha está ya aliñada. De mi cosecha en la receta son los ingredientes "extras" y sus cantidades, que es lo que da las albóndigas un sabor similar al que quedaría de utilizarse las salchichas de las que hablo. Por lo que tenéis que quitar (repito, siempre que le pongáis la salchicha italiana y no la carne de cerdo), el vino tinto, el hinojo, el pimentón y la cayena.
   Pongo foto de las albóndigas ya formadas, aunque en la foto no se aprecia el tamaño, son grandecitas. Si las hacéis más pequeñas, es importante que reduzcáis el tiempo de cocción.


   En caso de no encontrar la salchicha italiana y hacer la receta tal cual la he puesto yo, os podéis encontrar con otro pequeñísimo problema y es no encontrar hinojo en grano. Tranquilos, que no es el fin del mundo, se le pone un poco de anís en grano machacado y listo.
   Y aquí un collage rápido, para que se vea la alternancia del tomate con las albóndigas.


   Un truquillo para que no se os pegue la carne a las manos es untaros las manos con un poco de aceite, de esa forma podréis manipular las albóndigas sin problema.
   Con estas cantidades que doy salen entre 13-14 albóndigas más o menos. Ni que decir tiene que la receta está adaptada a la "slow cooker" de litro y medio de capacidad. Si queréis más cantidad, para hacerlas en una olla más grande, se duplican, triplican o "...-ican" hasta que queráis para adaptarla a la olla que tengáis en casa.
   Y con respecto al queso, en la receta original ponen queso mozzarella, pero cualquier queso que funda bien os servirá. Cortad los trozos de unos dos centímetros más o menos. Eso es al gusto de como lo queráis encontar al partir la albóndiga.
   Dije hace tiempo que no volvería a daros la vara con el tema de cucharas y tazas medidoras, pero ya sabéis lo que debéis hacer, ir a comprarlas!! Mientras que algunos vais y no, la "tsp" tiene 5 ml. y la "Tbsp" tiene 15. La taza tiene 240 ml, 1/2 taza tiene 120 y así dividiendo entre dos, ya que son medidas en volumen. A modo de guía diré que el pan son 65 gr. y la leche 50 gr., pero no diré más, ahora, a la tienda a comprarlas!!

Apuntes:
   ¿De dónde he sacado la receta esta? Conocéis una página en Facebook que se dedica a poner vídeos de comida en plan rápido que se llama Tasty? Pues de ahí mismo. Os pongo el enlace, para que veais lo rápido que se hacen y de paso tengáis una guía visual.
Aquí el vídeo (pincha encima para ir a él)
   ¿Lo has visto ya? Como puedes ver es sencillísimo de hacer. Lo mejor de todo es que no hay que freír las albóndigas antes de meterlas en la olla, con lo que ahorramos tiempo y grasas extras.
   Caco es un enganchado a esa página y cuando estamos sentados en el sofá, de vez en cuando me pone el teléfono delante de la cara para que vea alguna receta de las que hacen ahí, hace tiempo que me había enseñado este vídeo, pero esta vez he hecho la receta no por él, si no por Víctor, un amigo con el que estoy en un grupo muy reducido de amigos cocinillas. Él hizo la receta hace unos días y no le convenció, decía que quedaban sosas y mazacotes. Y dudando de su palabra, incluso cabreándolo por el WhatsApp diciendo que había cosas que no había hecho correctamente me decidí a hacerlas como yo pensaba que debían quedar bien. Y en efecto, ¡¡quedan de auténtico vicio!!. Eso sí, bajando a dos horas la cocción. Que seguro que en dos y media se quedan un poco secorras.

   Y yo como loca por un motivo triste y es que no encuentro la salchicha italiana para muchas recetas y por eso me hago mi mezcla y según dice mi querida Loreto (Pon, para las amigas), las hay en El Corte Inglés, Alcampo,.... Madre mía, que Dios me conserve las orejas, que las necesitaré para colgarme las gafas y así poder ver!!

   Y aquí ando muerta de risa yo sola, con la foto que he puesto encabezando la receta. El motivo es muy simple, la primera vez que las hice pesaban algo más de 50 gr., por lo que me salieron 13 justas, pero esta vez las he pesado a conciencia, por lo que salen 13, más una algo más pequeña. Y antes de ponerme a formarlas, corté mis 13 trozos de queso (reconozco que yo no le meto mozzarella, le meto uno queso de cabra tierno, que está para morirse de rico), pero como esta vez me han salido 14, pues me ha tocado dividir un trozo de queso en dos, ya que pasaba de lavarme las manos para sacer el queso y partir otro trozo, con tan "buena suerte" que la que he partido es la que lleva el queso desmenguado, pero no parto más, que me conozco y con la suerte que tengo, seguro que parto la otra con el trozo pequeño... Cuando las haga de nuevo os pongo como quedan normalmente. Espero que os gusten mucho las "Mozzarella-Stuffed Slow Cooker Meatballs", como las llaman en Tasty.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!
   

 

Cómo hacer Ghee (Slow Cooker)

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Ingredientes:
- 500 gr. de mantequilla.
Elaboración:
   Parte la mantequilla en trozos y ponla en la Slow Cooker (olla de cocción lenta). Pon en posición "High" y deja cocer DESTAPADA hasta que veas que la espuma que se genera al principio empieza a cambiar y coge tonos amarronados a la vez que empieza a desaparecer.
   Cuando compruebes que la parte sólida de la mantequilla están tostadas, apaga la olla y cuela el ghee obtenido con una estameña, filtro de papel, gasa o lo que te resulte más cómodo, de manera que todas las impurezas se separen y nos quede un ghee limpio.
   Una vez que enfríe por completo tapa el bote y guarda en un lugar seco para utilizarlo en las recetas que más te gusten.

Notas:
   No especifico en los ingredientes que la mantequilla es SIN sal, pero así debe ser. Si se quiere (yo no lo hago), una vez que esté en el bote se le puede añadir una "pizca", pero no lo recomiendo.
   Os pongo una mini guía visual para que se vea como va cambiando la mantequilla. Los intervalos de tiempo son siempre tomando como referencia el momento en el que se enciende la olla con la mantequilla. Vamos, que en unas cuatro horas y media más o menos debería estar lista, aunque eso depende de la potencia de vuestra olla. Por lo que recomiendo que la primera vez que la hagáis estéis un poco pendiente de ella.

    La mantequilla recién puesta en la Slow Cooker.

   Una hora después.

   Tres horas después.

   Cuatro horas y media después de poner la mantequilla en la olla.

   Estos son los sólidos de los que os hablo. La diferencia entre hacerlo de forma tradicional con respecto a hacerlo en olla lenta es que las impurezas en este caso se van a la superficie y cuando se hace de forma tradicional se van al fondo de la olla.

   Este es el aspecto que tiene después de hacer. Si se quiere, se puede dejar más rato. Uno de los aromas que debe tener el ghee una vez hecho es a nuez, pero también a toffe. Sin duda vais a distinguir rápidamente cuando está listo.

   Queda pendiente poner una foto una vez que solidifica (en breve la pongo). Y es en ese momento, cuando ya está bien frío cuando se puede tapar.
   Si se hace de forma tradicional os llevará entre 30-50 minutos, dependiendo de la potencia del fuego. Sí recomiendo que se haga en una olla con una base gruesa y siempre a fuego muy bajo.
   En cuanto a la durabilidad de este maravilloso producto diré que dura meses.
   Se me olvidaba, la receta está hecha para hacerla en la olla lenta de litro y medio. Si la hacéis en una más grande se puede (o mejor dicho, se debe) aumentar la cantidad de mantequilla. 

Apuntes:
   Y alguno dirá lo típico de "¿En qué demonios puedo gastar yo esto? Simple, en lo que más os guste. El uso es similar al del aceite, por lo que será estupendo para saltear, hacer algo a la plancha, como base en un sofrito...
   Os dejo un par de enlaces en los que se puede dar uso, que son el pan Naan y el Tikka Masala:
- Pollo Tikka Masala
- Pan Naan

   Como veréis, el ghee no es más que una mantequilla clarificada, con una pequeña diferencia y es que se deja tostar un poco, lo que hace que tenga esos aromas y de paso dulcifica un poco el sabor.
   El ghee es muy típico en la cocina de Pakistán y en la cocina de la India. Y por supuesto importante en la vida ayurveda. Tiene muchos usos y con nada que os interese el tema, en la red encontraréis mil usos que darle incluso fuera de la cocina.

   Y poco más que contaros de esta maravilla que, aunque yo me declare enamorada de este producto, no hay que olvidar que es grasa y que hay que tomar con moderación. Espero que os animéis a prepararlo, ya sea en olla lenta o en olla tradicional, volváis aquí y me contéis vuestra experiencia.
   Esta de las fotos la he hecho en el pueblo, aprovechando que mi padre ha comprado la mini (la bañera ya la tenía). Así es otra cosa que sé que no tengo que llevar cuando tengo pensado hacer algo en lo que necesite un poco de ghee.

   Y ahora voy a organizar la maleta, que he estado en el pueblo haciendo labores en la viña y ahora mismo tengo la casa manga por hombro...

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!
 

Zaatar

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Ingredientes:
- 8'2 gr. de zumaque.
- 5 gr. de sésamo.
- 1 gr. de mejorana.
- 0'6 gr. de tomillo.
- 1'6 gr. de sal.
Elaboración:
   Pesa todos los ingredientes. Una vez pesados, tienes dos formas de prepararlo:
- Pasando por un molinillo todo excepto el sésamo e incorporarlo después a la mezcla.
- Mezclando todo directamente en un bote, que es la forma de hacerlo que tengo yo.

Notas:
   Como no sé la forma en la que os resulta más cómodo que ponga las mezclas de especias, pues voy variando para dar gusto a todos. Para los que no tenéis báscula de precisión, pero sí cucharas medidoras "americanas", os doy la receta en esa medida:1 Tbsp. de zumaque, 1/2 Tbsp. de sésamo, 1/2 Tbsp. de mejorana, 1/2 tsp. de tomillo y 1/4 tsp de sal.


   Y la foto es para los que no tenéis ni lo uno, ni lo otro, para que os guieis por el volumen de lo que aparece en la imagen.
   El sésamo, si se quiere, se puede tostar antes de echarlo a la mezcla, lo que hará que los aromas que desprenda sean más potentes. Habitualmente yo no lo hago, pero también queda muy bien. Podéis probar de las dos formas y quedaros con la que más os guste.
    
Apuntes:
   Antes de nada os digo algunos usos que le podéis dar. El primero y más sabroso es poniendo en un cuenco aceite de oliva virgen extra y añadiendo un poco de zaatar para mojar el pan. Es una delicia. También se le puede ponera una masa de pan, untado con aceite y hornear. Como aliño en una ensalada, para acompañar pescados y carnes...
   El zaatar lo podéis encontrar con otros nombres muy parecidos, como za'atar o zataar, pero de cualquier forma es correcto.

   Quizá lo más complicado de conseguir para esta mezcla puede ser el zumaque (también se le llama sumac, sumaque o rus), pero hoy en día se encuentra todo en internet. Como veréis, es el ingrediente principal de esta mezcla de especias. Es lo que da ese sabor ácido característico del zaatar. Además se puede utilizar como acidulante en una receta, sustituyendo al limón o al vinagre. La última vez que fui a comprarlo, en la primera tienda a la que fui, me querían colocar una bolsa de un kilo, vamos, para dar y regalar. Menos mal que me encontré un envase más pequeñito en otra, aunque también me está dando mucho se sí...

   Como siempre, espero que os animéis a prepararlo en casa, así tendréis un poquito más cerca la cocina de Oriente Medio en casa.

   Mi hermana Maite no me deja darle mucho de esto, ya que dice que es muy peligroso, puesto que mi sobrino no ve el momento de meter el pan en el cuenco y ponerse a mojar. Ya le tengo preparado un buen bote para que el pobre disfrute. Además, como le he dicho (creo), "a esas verduritas que preparas a la plancha, le va que ni pintado".

   Y poco más que contar hoy. Voy a ver si subo un día de estos una receta de las contundentes, que Ander me está regañando por poner estas cosas. Dice que ya no soy la misma desde que el Facebook me hizo cambiar de nombre... Esto es pa'l que le cae!!

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!
 

Pesto de Cilantro y Pipas de Calabaza

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Ingredientes:
- 60 ml. de aceite de oliva virgen extra.
- 60 ml. de agua.
- 50 gr. de pipas de calabaza.
- 8 gr. de cilantro fresco.
- 1'5 gr. de comino en grano.
- 1/2 limón.
- 1 diente de ajo.
- Sal.
- Pimienta.
- Aceite de oliva virgen extra para tostar las pipas de calabaza.
Preparación:
   Lo primero que debes hacer es tostar las pipas de calabaza, dejando que enfríen bien antes de seguir con la receta.
   En un procesador de alimentos tipo Thermomix o batidora americana pon las pipas, el cilantro, el comino y el ajo, triturando todo muy bien.
   A continuación, con la batidora en marcha, añade el zumo del medio limón, el aceite y el agua, muy lentamente, para que vaya montando. Debes conseguir una pasta no muy espesa.
   Vuelca la preparación en el bote donde lo vayas a guardar, o en un cuenco si lo vas a utilizar en ese momento. Sazona con sal y pimienta al gusto.

Notas:
   Las pipas, si os apetece, las podéis comprar ya tostadas (algunas llevan ya sal añadida, por lo que cuidado a la hora de sazonar), que es lo que hago yo normalmente para esta receta.
   Si no tenéis ni la infernal (Thermomix), ni una batidora americana, se puede hacer con un vaso de esos que suelen traer ya casi todas las batidoras para triturar. La diferencia es que no se podrán añadir los líquidos con ella en marcha, pero siempre se puede hacer de otro modo. Triturar primero en ese vaso que comento y después con el accesorio de la varilla ir montando. Si tampoco tenéis eso (por Dios, ¿es que no tenéis de nada?), pues paciencia. Se pica todo a cuchillo lo más fino que se pueda, se machacan los cominos en un mortero (o a las malas, se utiliza ya molido), se pone todo en un bol y con una varilla manual, de las de toda la vida se va montando mientras que añadís los líquidos.

   De nuevo, para los que no tenéis báscula para pesar algunos ingredientes, eso es lo que abultan los 8 gr. de cilantro.

   Y si tenéis cucharas americanas en casa, el gramo y medio de comino, es lo que entra en la clásica 1/2 tsp.

   Aunque la foto no se vea muy nítida (vuelvo a tener el trípode en el maletero del coche), así es como debe quedar de picada la parte sólida de la receta (cilantro, pipas, comino y ajo) antes de empezar a añadir los líquidos.

   Y aunque en la foto que encabeza la receta se puede ver también, así es como queda la textura una vez que hemos añadido todo.
   Si os apetece, podéis tostar alguna pipa de calabaza más para poner por encima en el plato en la que se utilice.

Apuntes:
   Este pesto es un clásico en casa para acompañar un sencillo salmón a la plancha, también para acompañar pasta y así variar el clásico pesto de albahaca y piñones (pincha aquí para ver la receta). Aunque, la verdad, está bueno hasta mojando pan, por lo que cuidado cuando lo hagáis en casa, no vaya a ser que cuando tengáis el plato preparado, no os quede salsa para poner por encima...

   Que curioso, seguro que muchos de vosotros conocéis los caramelos de violetas típicos de Madrid, pero seguro que hay más de uno que no conoce las violetas escarchadas que vende la misma famosa y clásica tienda en pleno centro de Madrid...

 
   Ahí las tenéis, son deliciosas. Me las ha descubierto Elena, una amiga con la que me fui de pingos el martes a recorrer medio centro de Madrid para hacer unas compras y dar gusto a unas cuantas "modorras" que tenían hecho encargo de especias. Me lo pasé pipa, sólo fallaba mi pie, que cada vez que parábamos en algún sitio, me ponía en postura flamenca doblando la rodilla... Desastroso!!
   Ella compró todo, en serio, cuando digo todo, es todo. No puedo hacer fotos por dos motivos, el más importante es que tiene las cosas en su casa, aunque ya ha mandado algunas cosas para Barcelona y la otra, casi más importante, es por no tener un gran angular que sea capaz de fotografiar el alijo con el que llegó a casa.
   Yo me porté muy bien (ella también, la verdad, pero es que necesitaba mucho), compré lo necesario y una vez que llegamos a Black Pepper Co, uno de los últimos lugares visitados, compré las dos cosas que me tengo puestas de tope en cada visita y es algo que cumplo a rajatabla. Compré laurel de la India , que me quedaba poquito y unos poquitos de chiles "Scotch Bonnet".


   Como veis, son deshidratados, pero así me duran más, que los frescos se estropean pronto (comparados con estos, claro). Los compré para probarlos en una receta nueva, que en breve va a ver la luz en el blog. En cuanto pase Semana Santa la comparto con vosotros. Lo haría antes, pero quiero probarla en una barbacoa a ver que tal queda, ya que me da que va a ser bestial en ella. Y, además la foto de portada sería muy parecida a esta y quiero variar, por no repetirme tanto. Aunque ya tengo a algunas que me da que van a probarla antes de que la publique, puesto que se la he pasado para que no tengan que esperar. A ver que me dicen...
   A ver si un día de estos llego con un horario en condiciones al mercado de Los Mostenses, me compro una buena tanda de chiles y los meto en la deshidratadora, que después viene muy bien. Aunque esperaré, que supuestamente me llega un alijo de México en breve, o eso me ha dicho mi querida Amparo, pero viendo donde tiene la cabeza desde que se fue de NuevaYork a vivir a DF, me da que otra vez me quedo sin chiles... No piensa nada más que en fiestas!!!!

   En fin, como siempre digo, espero que hagáis esta receta, es muy sencilla y los resultados son muy buenos. Ya me contaréis lo que os parece. Y si hay dudas, a preguntar, que si está en mi mano, intentaré solucionarlo.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!

  

Pastel de naranja siciliano

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Ingredientes:
- 250 gr. de mantequilla.
- 250 gr. de azúcar caster.
- 250 gr. de harina de repostería.
- 4 huevos M.
- 85 ml. de zumo de naranja.
- Ralladura de 1 naranja.
- 12'5 gr. de impulsor químico.
- Pizca de sal.
Para el glaseado:
- 125 gr. de azúcar glas.
- 25 ml. de zumo de naranja. 
Elaboración:
   Lo mejor es que empieces preparando todos los ingredientes, para así ir mucho más rápido y que no se olvide nada.
   El primer paso es preparar el molde. Para esta receta va genial un molde de 22 centímetros de diámetro. Engrasa el fondo y pon papel de hornear (en "notas" muestro como lo hago yo).
   Bate el azúcar con la mantequilla (que deberá estar a temperatura ambiente) hasta que la mezcla se vuelva blanquecina. Una vez que haya montado y que el azúcar no se note, ve añadiento los huevos de uno en uno, esperando a que se integre bien cada uno antes de añadir el otro.
   Incorpora la ralladura de la naranja y bate con suavidad hasta que se reparta por toda la masa. Añade toda la harina de golpe junto con el impulsor químico y mezcla muy bien (no hace falta tamizar, pero si crees que la harina puede tener grumos, hazlo, que no se tarda nada).
   El zumo lo debes echar al final, muy lentamente, para que la masa lo vaya absorbiendo bien. Todo esto se puede hacer a mano (ármate de paciencia), con unas varillas eléctricas (irás más rápido) o con un robot de cocina tipo KA (reconozco que es lo más cómodo).
   Cuando tengas todo bien mezclado, pon la masa en el molde que tienes preparado y extiende con la ayuda de una espátula, cuchara o similar. Introduce en el horno, que debes tener ya precalentado a 170º C y hornea entre 40-50 minutos, con las resistencias de arriba y abajo encendidas. Es importante estar un poco pendiente, ya que cuando lleva unos 20 minutos o así, la superficie suele estar ya dorada, por lo que debes poner por encima un trozo de papel de aluminio para que no se queme.
   Cuando introduzcas un palillo en el centro y salga limpio, será el momento de sacarlo. Pon el molde sobre una rejilla y deja enfriar sin desmoldar.
   Una vez frío, desmolda, pon en una fuente y, si has decidido cubrirlo con la glasa, prepárala. Tamiza el azúcar glas y ponlo en un cuenco, añade el zumo de naranja y mezcla todo muy bien hasta que se quede como una pasta. Extiéndelo por encima del pastel y deja que solidifique.

Notas:
   Antes de que se me olvide, que sé yo que puede pasar... El azúcar caster no es más que un azúcar intermedio entre el azúcar blanco granulado que tenemos casi todos en casa y el azúcar glas. Si no lo encontráis, se puede preparar en un momento en un molinillo de café (no olvidéis limpiarlo bien antes moliendo arroz), o en un robot de cocina tipo Thermomix, por ejemplo. El motivo de utilizar este tipo de azúcar es que es mucho más fácil de incorporar en algunas masas. Por cierto, en breve lo utilizaré en otra receta deliciosa.
   Y explicado esto, nos metemos en faena:


   Como veis  a veces me lio a la hora de empapelar un molde, pero esto era más rápido que cortar un trozo de forma redondeada y después hacer el borde. Es muy sencillo, se da de mantequilla el fondo y lateral del molde, se pone el papel, al que se le hacen unos cortes para que se vaya amoldando bien y con ayuda del pincel se van pegando para que se quede todo bien unido. Después está en vuestras manos dar o no mantequilla a todo el papel. Yo lo suelo hacer.


   Aquí podéis ver la cantidad de zumo de naranja necesario para la receta y también el tamaño de la naranja que suelo utilizar para sacar la ralladura. Es una naranja de tamaño medio (de mi naranjo, por supuesto).


   Sé que en la foto no se ve muy bien, pero a la izquierda está la mantequilla con el azúcar caster, que yo no compro, siempre lo suelo hacer en la "infernal" (Thermomix), ya que se hace en un plis-plas. Aunque cuando es una cantidad muy pequeña siempre lo preparo en el molinillo de las especias. A la derecha se ve la textura que debe tener la mezcla de mantequilla y azúcar una vez batidas.


   Como veis, la masa no es muy líquida una vez que está todo junto, por lo que como digo en la elaboración, debéis extenderla con cuidado antes de meter en el horno, alisando la masa, sin que tenga que quedar perfecta.


   ¡¡¡Importante y mucho dejar enfríar el bizcocho en el molde!!! Aunque en la foto no aparece, hay que ponerlo sobre una rejilla, para que "respire" y se enfríe sin condensar. Sí, lo sé, se me ha abierto, pero es que tenía el horno a más temperatura cuando lo metí y ese es el motivo, no esperar a que bajase la temperatura, pero me pudo mi "gonzalismo"...


   Aunque parezca mucho azúcar para tan poco líquido, os aseguro que es suficiente. Eso sí, si os gusta una glasa más ligera, es tan sencillo como añadir algo más de zumo de naranja. Pero con mucho cuidado, ya que un poquito más de la cuenta puede suponer un "aguachirri" que no sirva para nada.


   Así queda con las cantidades que doy arriba. A mi me gusta mucho, aunque el aspecto no sea tan bonito como cuando se hace más ligera, pero al dejarla con esta textura se queda perfecta para cortar y no aguar el bizcocho.


   Y aunque en la foto de portada se ve, pues no he podido resistirme a poner la foto del corte, que evidentemente, entre ayer que fue cuando la hice y hoy, pues ya el hueco es bastante más grande.

   Por cierto, cuando hago este tipo de preparaciones siempre le suelo meter al último huevo que añado una cucharada de la harina que tengo que utilizar. Y aunque no lo diga en la elaboración de la receta, es muy importante que los huevos estén a temperatura ambiente. Lo ideal es sacarlos como una hora antes.

Apuntes:
   Sí, lo sé, como siempre ha pasado tiempo desde que publiqué la última receta, casi un mes desde que puse el pesto de cilantro y pipas de calabaza (aquí la receta), pero entre la Semana Santa y unas cosas y otras, pues se me va el santo al cielo...
   La culpa de que publique hoy esta receta la tiene Isabel, que hace unos días puso una foto del pastel en Instagram y me recordó que llevaba tiempo sin hacerlo, por lo que aproveché para sacarle unas fotos y publicarlo en el blog. Por cierto, Isabel tiene una cafetería-tienda en Gijón, que recomiendo al cien por cien. Se llama Aliter Dulcia y tiene auténticas maravillas, por lo que si pasáis por allí espero que vayáis a hacerle una visita y a degustar entre otras cosas sus fantásticos "limoncitos", ya que mal que nos pese a todos, ha decidido llevarse la receta a la tumba...

   Podría decir que no sé desde cuando lleva esta receta conmigo, pero en este caso sí que lo sé. Me la encontré hace muchos años dando vueltas por internet, de rebote y buscando otra receta que no tenía nada que ver con dulce. Fue en "The Guardian" y viendo los ingredientes que llevaba, me enamoró, para que vamos a engañarnos. Mucha mantequilla, naranja, azúcar... El dulce perfecto para acompañar mi té de todas las tardes. Cuando la probé me apropié de ella y fue de cabeza a mi libreta de recetas. La diferencia es que la receta original va con lo que aquí se conoce como "harina bizcochona", vamos, la que lleva la levadura incorporada y yo le pongo lo que se conoce popularmente como "Royal" y harina de repostería. A veces reconozco que le hago una pequeña modificación y es ponerle un poco de ron, que le va que ni pintado.
   Investigando el origen de este fantástico pastel y siguiendo las palabras de Almost Bourdain, vi que era uno de los pasteles estrella de un negocio en Sydney, el "Caffe Agostini", propiedad de  Margei, aunque si vais no os molestéis en buscarlo, que cerró hará como 11 años. Pero bueno, al menos nos dejó la receta de este delicioso pastel.

   Y cambiando de tema antes de rematar la entrada. Carlota cumplió 2 años el 20 de Marzo (también Martiño, o como escribirían algunos, Martinho, cumplió 6 el día 15 e Ignacio cumplió los 10 añazos el 26).


   Lista es más que el hambre, graciosa a más no poder, pero madre de Dios, ¡¡¡qué perruza es para hablar!!! En eso no se parece en nada a mí, que a veces parezco un loro viejo. En eso se parece más mi sobrino, que nos peleamos para poder hablar... Cuando llegamos al pueblo estaban ya allí mi hermana, mi cuñado, mi sobrino David y ella y cuando nos vio se volvió loca, pero loca, loca. Casi de un salto se me encaramó al cuello, del mío al del tito Caco, de ahí al suelo y todo su afán era agarrar a su madre y señalarnos mientras que decía "¡¡¡mamá, titaaaaa, mamá, titooooo!!!". Esas cosas hacen que yo pierda la cabeza. Eso y la gran sonrisa que ponía cada mañana cuando iba a la cama a recogerla para llevarla a desayunar, aunque la sonrisa era igual de grande cuando se iba escaleras arriba a dormir, mientras que iba despidiéndose de todos. En lo dormilona debo decir que sale a la abuela, a la madre, a la otra tita (un besazo a mis tres marmotillas).

   En fin, que no os castigo más con mis cosas, que hay gente esperando la receta para poder hacerla y no quiero que por mi culpa no la puedan hacer, si no hoy, sí mañana. Ahora voy a echar a cara o cruz si la siguiente receta que suba es la de unos garbanzos especiados o por el contrario pongo la receta del sazonador del que os hablé cuando puse el pesto de cilantro. Ese me gusta mucho y esta Semana Santa la he probado en un pollo hecho en la barbacoa y en casa triunfó.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!

Sazonador verde de Trinidad

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Ingredientes:
- 80 gr. de cebolla.
- 35 gr. de ajo.
- 20 gr. de cilantro fresco.
- 10 gr. de perejil.
- 15 gr. de tomillo fresco.
- 100 gr. de cebolleta de primavera.
- 20 gr. de pimiento verde.
- 70 gr. de pimiento rojo.
- 100 gr. de apio.
- 7 gr. de jengibre.
- 1 gr. de Scotch Bonnet.
- 3 cl. de zumo de limón.
Elaboración:
   Teniendo todos los ingredientes preparados de antemano, es una receta que se hace de forma muy rápida.
   Lo único que tienes que hacer es meter todos los ingredientes en un procesador de alimentos y triturar hasta conseguir una pasta.
   Yo lo hago en la infernal (Thermomix), primero pongo todos los ingredientes en el vaso y trituro durante 10 segundos a velocidad 5. Bajo los ingredientes y pongo de nuevo 10 segundos, pero a velocidad 10 (el modelo que tengo es el 31, pero imagino que la 21 y la 5 irán más o menos de forma similar).
   Cuando está listo lo pasas a un bote, bien cerrado y al frigorífico hasta que lo vayas a utilizar.

Notas:
   Bueno, que no cunda el pánico, sólo hay dos productos que puede que no se encuentren con facilidad, dependiendo de donde viváis, pero para todo hay solución...


   En esa foto tenéis las cebolletas de primavera, que no las encontráis, no hay problema, se le pone cebolleta fresca y primer problema solucionado. A simple vista hay gente que las podría confundir con ajetes tiernos, pero no. Al tenerlas en la mano y olerlas se nota bien que son cebolletas.
   Si vivís en Madrid no tendréis problemas a la hora de haceros con un par de manojos, las suelen tener los supermercados de productos de alimentación oriental, que no "chinos" (no, las tiendas en las que igual te venden una bandeja, que un cable, que un cesto, que una lima no valen). En un triángulo pequeño del centro las podéis encontrar en varios sitios. Un super en la calle Leganitos, casi llegando a la Plaza de España. En los bajos de la misma Plaza de España también las encontraréis. Y en la Plaza de los Mostenses, tanto en el super grande que hay, como en el propio mercado.



   Punto importante, aunque en la foto aparezca el apio sin gracia y siendo casi todo ramita, lo normal es ponerle la parte de arriba, es decir, tronco y hojas, pero tenía unas ramas en el frigorífico que tenía que gastar y esta vez es un arreglo, pero o hacía la foto hoy, o tenía que esperar otro mes para publicar la receta, que me conozco, por lo que cuando lo vuelva a hacer, haré una foto con lo que le pongo normalmente, modificaré mis palabras y listo (siempre que me acuerde, claro). Ojo, no sólo las hojas, también parte del tronco!! Lo demás, ajos, cebolla y pimientos, van puestos para que veáis las cantidades aproximadas. Tímidamente aparece el limón al fondo, así veis también la cantidad que lleva.


   Aquí los aromáticos de la receta, perejil, cilantro, tomillo, jengibre y el Scotch Bonnet. Si no encontráis ese chile por donde vivís, tampoco pasa nada, se le mete un poco de cayena para darle en punto picante. Ojo, si lo encontráis, cuidado, que pica mucho y si os pasáis no quiero reclamaciones...


   Aquí está ya todo en la "infernal", listo y dispuesto para ser triturado.


   Así queda después de los primeros 10 segundos a velocidad 5. Lo sé, parece un poco de pasto rumiado por una vaca, pero es que no hay forma de hacer una foto que llame la atención de esto.


   Y así queda después de los 10 segundos a velocidad 10. Bueno, realmente no queda con ese color tan amarillento, pero entre el reflejo de las paredes, la luz de la campana y no sé qué más, pues se ve así. Aquí ya está listo para usar. Como digo en la elaboración, tan sólo hay que meter en un bote y guardar en el frigorífico. Se conserva perfectamente un par de semanas o tres, casi cuatro diría yo, pero eso ya lo iréis viendo vosotros.

Apuntes:
   Alguno se preguntará el uso que se puede dar a esta mezcla. Pues sirve para muchas cosas, por ejemplo, para marinar un pollo y hacerlo después en el horno o en la barbacoa (bestial). También para añadir a unas lentejas. Sí, sí, a unas lentejas. Se le pone una cucharada y les da un sabor espectacular. Bien es cierto que yo a las lentejas no les suelo poner chorizo y esas cosas pringosas (lo dejo para otros platos de cuchara, no os penséis que no gasto grasucha... Bueno, la única grasucha que no gasto es la mía...). También va genial para enriquecer un caldo o para añadir a un arroz,...

   Curioso, esto lleva en mi recetario muy poco tiempo y lo quiero tanto como a las demás recetas que tengo en la libreta!! Llegó de casualidad, Cecilia, una amiga de un grupo de Facebook puso un enlace sabiendo que me gustaría. Me fui de cabeza a verlo y me tiré todo lo que quedaba de día investigando en páginas americanas las diferentes formas de prepararlo. Como siempre, pues cojes un pellizco de aquí, uno de allá, otro que le metes tú... Y aquí está hoy, vestido de largo para presentarse en sociedad mi sazonador, con mis ingredientes, mis cantidades y todo mi amor.

   La verdad es que la receta se podría complicar un poco metiendo culantro, que aunque aquí también sea un nombre para denominar el cilantro, en realidad es otra hierba, muy parecida, aunque con sabor mucho más pronunciado, pero como eso sí que es complicado de encontrar, pues no se pone y listo. En Trinidad se le conoce como "beni". También es conocido como "recao", de ahí el nombre que tiene algo muy similar en cuanto a ingredientes, como es el recaito caribeño.

   De nuevo en Madrid y con entrada nueva. Digo de nuevo en Madrid, porque este fin de semana ha tocado ir al pueblo a respirar un poco de aire puro. Como siempre, me lo he pasado genial. El sábado, después de desayunar con padre en el bar, fuimos a casa a despertar a los remolones y nos fuimos al castillo de Puebla de Alcocer. Os recomiendo, si alguna vez vais por la zona, que vayáis a verlo. El pobre está viejecillo, pero poco a poco le van poniendo un poco mejor, aunque nunca volverá a ser lo que fue, eso está claro.


    Es un castillo anterior a la época de "María Castaña", pero que fue remodelado poco después de esa época, vamos, en el siglo XV. Como ya digo está bastante deteriorado, pero se puede imaginar lo que fue en su día.


    Observando mechinales, ventanas, puertas y demás, se puede ver que tuvo en su día tres plantas. ¿No me digáis que la chimenea que se intuye al fondo no tuvo que ser divina en esas largas noches de invierno...?


    Lo mejor de todo son las impresionantes vistas con las que se disfruta, ya sea desde la misma puerta del castillo, desde la muralla o desde lo más alto, que es la torre del homenaje. Por cierto, si os atrevéis a subir, probad a hacer un experimento... Atravesad andando y siguiendo una de las líneas del suelo la torre, mientras que vais hablando. Al llegar al círculo del centro, veréis como no os escucháis igual. Pero sólo lo podréis escuchar vosotros, ya que los que se encuentran fuera de ese círculo os seguirán escuchando igual. Si hace aire, tendréis que buscar la posición en la que os escuchéis de forma más extraña. Si lo hacéis, venís y me lo contáis!!


    También fuimos a la zona baja del pantano, a ver los caracoles de Pedro (que como no estaba o no nos escuchó, toca volver otra vez). Fuimos a la viña, para ver como va brotando, va estando preciosa!!. Y el domingo fue un día de esos que tan pronto llovía, como salía el sol, por lo que aproveché para organizar un poco un armario que imagino ha debido tener una guerra interior y estaba manga por hombro y también para dar un paseo por el campo e inmortalizar la flor que más me gusta del mundo, mundial, sí, la flor de la jara. Me podría tirar horas mirando esas flores, me parecen mágicas!!! Y no me extiendo más...


   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!








Salsa Macha

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Ingredientes:
- 25 gr. de chile de árbol.
- 20 gr. de ajo.
- 3 gr. de sal.
- 75 gr. de aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
   Lo primero que tienes que hacer es quitar el rabito a los chiles, ya que no van en la preparación. También pela y lamina los ajos.
   Pon en una sartén un tercio del aceite total y saltea los ajos hasta que cojan color, con cuidado de que no se quemen. Cuando estén dorados, aparta y deja enfriar.
   En la misma sartén pon los chiles y deja que se hagan un poco, con mucho cuidado, hasta que veas que cambian un poco de color. Saca de la sartén y deja enfriar junto con los ajos.
   Una vez que esté todo frío, ponlo en un procesador de alimentos, junto con el aceite restante y la sal. Bate hasta que tenga el molido que te guste, ya sea dejándolo todo muy picado o por el contrario, dejando trocitos de chiles.
   Guarda en un bote bien cerrado. Se conserva bien fuera del frigorífico, pero durará más tiempo si lo conservas en frío.

Notas:
   Antes de que se me pase, los 20 gr. de ajos son sin piel y los 25 gr. de chile de árbol son sin el rabito, pero con las semillas. Si queréis, se le pueden quitar también, pero estas le dan un toque muy bueno a la salsa.


   En la foto podéis ver la cantidad que son 25 gr. de chile de árbol, como podéis ver son un buen puñadito, son pequeños y pesan poco.


   Y esos son los ajos laminados y la sal, como veis es una cucharita pequeña. Como siempre os pongo estas fotos por si no tenéis báscula de precisión para que veáis más o menos las cantidades. Del aceite no tengo foto, pero son más o menos unos 9 cl.


   Ahí tenéis los ajos, antes, bueno, más bien durante y después, para que veáis el punto de dorado que les doy. Los ajos no hace falta laminarlos, se pueden dorar enteros o incluso no hacerlo e incluirlos en crudo, pero el sabor cambiará un poco.


   Y os prometo que aunque en la foto no se vea la diferencia de color, al natural sí que se veía!!! Como he dicho antes, hay que tener muchísimo cuidado para que no se quemen, ya que si no amargaría mucho la salsa y se echaría a perder.


    Si hacéis mucha cantidad y tenéis "la infernal", lo hacéis en ella, pero para poquita cosa me da mucha pereza ensuciarla y trituro las cosas en el accesorio de la batidora.


   Y eso es lo que sale con las cantidades que doy en los ingredientes. El motivo de hacer tan poquita es porque cunde mucho y prefiero ir haciendo de poco en poco. Si queréis más, es sencillo, se doblan, triplican o "-ican" hasta el infinito...
   No salgo del apartado de "Notas" sin antes decir alguno de los usos que se le pueden dar a esta salsa, que vale para acompañar y mojar una carne, añadir a un sandwich, para poner en un taco... Eso sí, siempre con mesura, ya que pica mucho.
   Si os apetece suavizar un poco el sabor, se le puede poner un poco de chile morita, que es más dulce y añadirle cacahuete y semillas de sésamo, que deberéis tostar también. Es una variación de la receta que yo he puesto. Incluso, si se le quiere dar un punto de acidez, se le puede poner un poquito de vinagre. Como digo, todo eso es al gusto. A mí me gusta más pura, por eso no le meto nada más que lo básico.

Apuntes:
   Salsa recomendable al cien por cien si gusta el picante. Aquí empieza una serie de recetas elaboradas con chiles, que iré poniendo poco a poco, para que os animéis a elaborarlas todas.
   Antes de nada decir que si no conocéis ninguna tienda cerca, siempre podéis comprar los chiles en internet. Por si no tenéis ningún sitio de confianza, os digo que en Black Pepper &Co (pinchando aquí iréis a la web) encontraréis todos los chiles que yo voy a utilizar en estas recetas. Aunque alguno no lo tenga en la página, en la tienda física sí los tiene, por lo que una simple llamada o mail y Luis estará encantado de atenderos.

   Os enseño una foto de los chiles que me han traído directamente desde México, me encantan, me tienen loca y estoy separando las semillas de los que utilizo, por si valieran para sembrarlos.


   Molan, ¿verdad?. No me digáis que no, que no me lo creo. Es curioso, cuando los compro, ni de broma compro esa cantidad y los utilizo con cuenta gotas, ya que me da pena que se terminen, pero ahora que tengo ese montonazo me da pena usarlos por lo mismo. No me entiendo ni yo, la verdad. Las variedades que me ha traído mi Ampa son de izquierda a derecha, pasilla, morita, ancho, árbol (el de la receta de hoy), chipotle y cascabel.


   En esa foto los podéis ver más de cerca. Ahora dudo sobre cual será la próxima receta que ponga en el blog con alguno de ellos, tengo dos en mente, por lo que me tocará echarlo a cara o cruz.
   Y como digo, la culpable de todo es Amparo, antes estaba viviendo en Nueva York, de ahí me trajo unas tazas y cucharas medidoras preciosas, que ya os enseñé en otra entrada, ahora vive en México DF y lo que me trae son chiles. La verdad es que se los encargué cuando fueron sus padres a verla en Navidad, pero la jodía modorra dijo que se le olvidó mandarlos, pero realmente lo que quería era traérmelos y dármelos ella. Lástima que no se vaya a vivir una temporada a Australia, que hay una cosa de allí que me gustaría tener...


   A la izquierda la culpable, Amparo, a la derecha, su compañera de viaje, Maru, que se ha apuntado a pasar unos días en España y nos dieron la sorpresa del día en el bautizo de Martina. Creo que menos a mi hermana y a mi tía, que sabían que estaban por estas tierras, a los demás se nos debió quedar una cara de apampanados de esas que hacen época.

   Y poco más por hoy, la verdad. El puente ha sido muy tranquilo, no he ido a ningún sitio, pero es que en breve tengo otro evento familiar y hay que ir dosificando. Aunque bien es cierto que el jueves viví un día muy emocionante con unas amigas. Hubo una quedada en Madrid y lo pasé fenomenal con todas. En la siguiente entrada os pongo alguna foto, que antes tengo que convencerlas para que salgan aquí. Patusqueamos medio Madrid y fue un gustazo poder abrazarlas a todas. Lo dicho, ya os lo contaré más despacio.

   Nos vemos en unos días... Feliz  y picante semana a todos!!!

Garbanzos especiados

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 Ingredientes:
- 400 gr. de garbanzos cocidos.
- 1/2 cebolla.
- 30 ml. de aceite.
- 3 gr. de anardana.
- 2'5 gr. de comino.
- 2 gr. de cilantro.
- 1 gr. de pimienta negra.
- 0'2 gr. de clavo.
- 2 dientes de ajo.
- 3 gr. de jengibre fresco.
- Sal
Elaboración:
   Pon la sartén a calentar con el aceite. Cuando coja temperatura, añade la cebolla partida en juliana y saltea hasta que esté tierna, con cuidado de no quemarla.
   Añade las especias a la sartén junto con el jengibre, los ajos bien machacados y la sal. Da unas vueltas para que se tuesten un poco y añade los garbanzos escurridos. Saltea para que se impregnen bien de los sabores y para que cojan temperatura.
   Este plato se puede servir tanto caliente como a temperatura ambiente.

Notas:
   Empiezo diciendo, para los que no lo sepáis, que la anardana es simplemente la semilla de la granada. Se puede conseguir sin problema en tiendas de especias bien surtidas o, como siempre, por internet. Si no la pudiérais conseguir, no pasa nada, se omite y listo.


   En la foto podéis ver todos los ingredientes necesarios en la receta, excepto la sal y el aceite (también podéis probar a poner ghee (pinchando aquí obtendréis la receta), que le da un sabor muy bueno). En la foto además podéis ver unas cucharas medidoras, en este caso, regalo de mi queridísima Nieves, que me dio un sorpresón cuando me las puso en la mano con su preciosa bolsita de regalo. Si las tenéis en casa os diré que para medir los ingredientes de la receta los gramos corresponderían a 2 tbsp de aceite, 1 tsp de jengibre fresco rallado, 1 tsp de anardana, 1 tsp de comino, 1 tsp de cilanto, 1/4 tsp de pimienta negra y 1/8 tsp de clavo. Igual así vais más rápidos. También pongo la foto para los que no tenéis ni cucharitas, ni báscula de precisión, cosa que como siempre, recomiendo que os compréis.


   Los garbanzos los podéis cocer en casa o utilizar de los que vienen cocidos ya en cristal. Hoy los míos son de bote, que iba con prisas, estaba de antojo y no quería esperar a remojarlos y cocerlos. Si los utilizáis de bote, no olvidéis enjuagarlos.


   Como véis, en esta ocasión, en vez de rallar el jengibre, lo he machacado junto con el ajo. El motivo por el que se ralla es para que quede más fino, pero así queda también genial.


   Aunque la receta original va con cebolla roja, la receta la hago siempre con la que tengo a mano. En este caso va con cebolla amarilla. La diferencia es que la roja es algo más picante, pero realmente, la diferencia no es tan abismal como para dejar de hacer la receta por no tenerla a mano.
   Como veis, no la frío en exceso, tan sólo lo suficiente para que se quede tierna. Una vez que está, se añaden todas las especias junto con la sal para que se tuesten y suelten sabor en el aceite, que después se pasará a los garbanzos. Hay que tener mucho cuidado de no quemarlas!! 


   Los garbanzos no deben saltearse mucho tiempo, tan sólo lo justo para que se impregnen del sabor de las especias y se calienten. Como digo en la elaboración, no es un plato que se tenga que comer caliente a la fuerza.

Apuntes:
   Y vuelvo con un plato bien especiado y delicioso, si os gustan estos sabores. Como ya he dicho en las notas, la anardana es la semilla de la granada, de la que soy fan incondicional desde tiempos inmemoriales. Esta se utiliza mucho en la cocina india y en la persa, ayudando a acidificar el plato, del mismo modo que se utiliza el zumaque o el amchoor, con la diferencia de que la anardana aguanta muy bien las cocciones y se puede añadir desde el principio de la receta. Cocinado con cordero queda bárbaro, en las "anardana aloo", queda de muerte lenta, en adobos, en el hummus, añadiendo lo que en cocina viene siendo un flus, no os imagináis el puntazo que le da!!. En fin, en mil y un platos, incluyendo las ensaladas, pescados e incluso como parte de la receta de un pan cualquiera.
   Esta receta me la encontré un día dando un paseo por la red y me enamoró tanto por la el tipo de especias que llevaba, que la apunté en la libreta dedicada a "recetas pendientes" que siempre tengo al lado del ordenador, ya que si no lo hago así, sé que después, lo normal, es no dar con ellas de nuevo.
   Aunque os parezca una mezcla muy potente, mucha cantidad de especias, en serio, probadla, eso sí, siempre que os gusten los sabores especiados...

   Y casi sin darnos cuenta estamos ya a mediados de Mayo, vamos, que tenemos el verano a la vuelta de la esquina, aunque esta primavera haya tardado en llegar. Tengo que decir que el primer día que he tenido esa sensación de calorcito fue el domingo, en Sevilla. Sí, en Sevilla, ya que he bajado a ver como mi sobrino recibía su Primera Comunión. Sabéis que a los eventos familiares ni se puede, ni se debe faltar siempre que sea posible. Llegamos la madrugada del viernes al sábado, puesto que por el trabajo de Caco salimos de Madrid a las mil, pero llegamos, que es lo importante. Podría poner foto de Ignacio, que es quien era el protagonista, pero sabéis, los que seguís el blog habitualmente que de quien suelo poner fotos aquí es de Carlota, otra de mis sobrinas, por lo que ahí la tenéis, en el momento en el que me pidió que le hiciera una foto.


   Estáis en lo cierto, ahí estaba todavía sin peinar, pero mi hermana sabía que si lo hacía antes, no llegaba bien al evento, por lo que la peinó al bajar del coche. Dos años, casi dos meses y la perruza sigue casi sin hablar, sigue utilizando el famoso dedo mágico que todo lo consigue, por lo que me sorprendió cuando me pidió la foto, la verdad.
   Lo pasamos genial, la verdad, aunque yo terminé la noche algo accidentada preparando unas pizzas en casa de mi hermana por la noche, después del fiestorro en el sitio de la comunión. El domingo madrugué para tomarme un café con Marga y con padre, que se alargó mucho rato, pero es que yo estaba tan bien que no tenía prisa por volver a casa, la verdad. Al final nos echó el sol, que como he dicho, apretaba de lo lindo y yo iba más vestida de medio invierno que de medio verano, pero os juro que por la mañana temprano hacía fresquete.
   Después nos llevaron mis padres a conocer la Lonja del Barranco, que a pesar de haber bajado unas pocas de veces a Sevilla, entre unas cosas y otras, no había ido a conocerlo. La verdad es que está fenomenal, sitio pijillo, molón, con luz y con comida rica. La pena es que esta vez me he quedado sin comer el clásico piripi (aquí la receta), pero lo haré cuando vuelva a bajar.

   En fin, que como siempre suelo decir, no me entretengo más, que ya os he soltado suficiente rollo por hoy. Tengo ganas de poner un par de recetas en el blog, una salada y una dulce y no sé en el orden en el que irán, pero irán las dos, sin duda alguna. Una es de pasta y otra es de unas riquísimas galletas de mantequilla. La primera que vuelva a hacer será la primera en ir al blog.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!

Galletas crinkles de chocolate

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Ingredientes:
- 100 gr. de cacao en polvo.
- 280 gr. de azúcar blanca.
- 125 ml. de aceite de girasol.
- 4 huevos.
- 260 gr. de harina.
- 9 gr. de impulsor químico.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 15 ml. de vainilla en pasta.
- Azúcar glas para rebozar.
Elaboración:
   En un cuenco mezcla con unas varillas el cacao, azúcar y aceite hasta que tengas una pasta con aspecto terroso.
   Añade la pasta de vainilla y ve incorporando los huevos de uno en uno, batiendo unos treinta segundos entre huevo y huevo.
   Cuando estén bien integrados y la masa haya suavizado, añade la harina, que habrás tamizado junto con el impulsor y la sal. Cuando esté bien integrado, deja de batir. Tapa con un papel film y refrigéralo mínimo 4 horas, aunque siempre es mejor dejarlo durante toda la noche.
   Precalienta el horno a 180º C. Mientras, ve tomando porciones de masa, de unos 30 gr., haz bolas con ellas y pasa por azúcar glas, poniendo esas bolitas en la bandeja del horno, sobre papel de hornear. Hornea entre 10-12 minutos y cuando estén, pasa a una rejilla, para que enfríen.


Notas:
   Hay mil marcas de cacao y varias marcas de vainilla, pero yo hago estas galletas con el cacao de la marca Valor y la pasta de vainilla de la marca Nielsen-Massey. Los cacaos son todos muy similares, pero entre las vainillas hay mucha diferencia, por lo que si utilizáis otra marca, deberéis ajustar hasta encontrar el punto que os guste.


      En la foto inferior se puede ver desde que se pone el cacao junto con el azúcar y el aceite (sí, ahí también está la pasta de vainilla, de hecho la podéis poner desde el principio y así controlar desde el inicio el sabor. Como veis, esa primera mezcla queda como un barro oscuro y denso. Más abajo, se puede ver la mezcla una vez que se han incorporado los cuatro huevos de la receta. Por cierto, el tamaño que utilizo en esta receta es M, que es la que habitualmente tengo en casa. Veréis que la masa suaviza muchísimo. Es importante que entre huevo y huevo se bata bien, contad hasta treinta, otro huevo, 30, otro más y así hasta echar el cuarto y volver a contar esos treinta segundos. La harina la echo en dos veces, para que no se acumule toda y sea más fácil de integrar. Pero mucho cuidado con batir demasiado, que se queda como gomoso (es que no sé como explicarlo).


   Mi consejo es que primero porcionéis toda la masa y una vez hecho esto, forméis las bolas. Al principio vais a ver que la masa es compacta, pero si se hacen estas galletas en verano o en una cocina con mucha temperatura, vais a ver que se va ablandando, por lo que para que no se pongan las manos hasta arriba de masa, lo mejor es que las humedezcáis levemente con agua para formar. Una vez hecho esto, se pasan por azúcar glas y se van poniendo en la bandeja, con una distancia prudencial entre ellas, ya que crecen al hornearse.


   En esta foto podéis ver como van subiendo en el horno.


   La receta de estas galletas me la pasaron en medidas americanas, os las pongo y así decidís la forma más sencilla para vosotros a la hora de medir:
 - 1 taza de cacao en polvo.
- 1 1/2 taza de azúcar.
- 1/2 taza de aceite vegetal.
- 4 huevos.
- 2 cucharadas de extracto de vainilla.
- 2 tazas de harina.
- 2 cucharaditas de impulsor.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 1 taza de azúcar glas.
Y antes de terminar con este apartado, decir que con las cantidades que doy, salen dos bandejas de galletas.

Apuntes:
   Este vídeo lo subí a Instagram, metimos las galletas y cuando Caco dijo... Oye, ¿qué tal un vídeo?, ya habían empezado a subir, pero llegamos a tiempo para que se viera el cambio.


   Tengo que reconocer que de estas galletas hay mil por la red, pero hasta que alguien de confianza no te da una receta, no te pones al lío y la culpable en este caso es Marga, que las puso en un grupo de cocina intimísimo que tenemos y fuimos muchos los que no nos pudimos resistir a hacerlas. Ella dio las cantidades como he puesto en las notas y yo las he pasado al nuestro sistema de medición, los gramos de toda la vida de Dios...
   Están deliciosas, son como bizcochitos por dentro, en serio, animaos a prepararlas si os gusta el chocolate, que no os vais a arrepentir.

   Sabéis, esta receta debería llevar ya un mes en el blog, pero he tenido el ordenador en el limbo durante un mes, me han tenido que cambiar la placa base, ya que se quemó parte de ella, afectando a la tarjeta gráfica, con tan buena suerte que Apple (sí, lo reconozco, pertenezco a lo que algunos llaman secta de la manzana mordida) me ha cubierto el estropicio y me ha salido a coste cero patatero. No os haceís una idea de la alegría que me dio cuando me lo dijeron!!!
   La verdad es que fue un desastre, ya que no he podido hacer nada durante este tiempo, de hecho, con el disgusto cogí la cámara de fotos y la guardé en el armario, puesto que me daba mucha pena no poder utilizarla. Vale, algunos diréis que podría haber utilizado el ordenador de Caco, que también pertenece a la misma secta que yo, pero no me atrevía a tocar ninguno que no fuera mío, por eso del gafe... Pero ya lo tengo de nuevo!!!
   La parte mala de todo este tiempo (tengo que decir que realmente el ordenador han tardado en devolvérmelo arreglado cinco días, pero yo tardé en llevarlo, ya que antes me hicieron un diagnóstico previo en otro sitio), es que las fotos que hice el fin de semana del Corpus en mi pueblo han estado paradas todo este tiempo.


   Ahí tenéis lo que llamamos "diabluco", que ponen el punto profano a esta celebración religiosa. No os hacéis una idea del miedo que daban cuando éramos pequeños. Os tenía pensado poner unas pocas de fotografías, pero como que ya no vienen a cuento por haber pasado tanto tiempo. El año que viene tocará...
   En fin, lo dicho, ánimo y a preparar las galletas antes de que el verano haga imposible arrimarnos al horno.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!
  


Rin Ran extremeño

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Ingredientes:
- 1 tomate.
- 1 huevo cocido.
- 1/4 de cebolleta.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Vinagre de vino.
- Sal.
- Agua.
Elaboración:
   Pela el tomate y pártelo en gajos (si te gusta más otro tipo de corte, hazlo). Pica la cebolleta en juliana. Pela el huevo cocido y separa la yema de la clara, partiendo esta última en trozos. Pon los tres ingredientes en un plato o cuenco.
   Prepara una vinagreta utilizando el vinagre, la sal, el aceite y la yema de huevo. Bate bien hasta emulsionar. Una vez que lo tengas, añade un chorrito de agua y vuelve a batir.
   Echa la vinagreta por encima del huevo, tomate y cebolla y mueve bien antes de servir.

Notas:
   Como podéis ver, no pongo cantidades de los ingredientes de la vinagreta, ya que eso es algo muy personal. Se dice que la porporción perfecta es de una parte de vinagre por tres de aceite, pero para esta ensalada me parece demasiado aceite. De agua tampoco pongo cantidad, siempre depende de lo clarito que queráis el caldo.
    Lo que sí os recomiendo a la hora de prepararla es que primero disolváis la sal en el vinagre, ya que en el aceite es más complicado. En la foto que pongo, como veis, el agua todavía no está añadida.


   Aunque del resto de los ingredientes he puesto esas unidades, al igual que con la vinagreta, son al gusto, dependiendo de si lo queréis más equilibrado o menos. Por ejemplo, los tomates que yo utilizo suelen pesar unos 250 gr., para que os hagáis una idea.
   Si os apetece, le podéis añadir pepino y pimiento verde y añadir un puntito de pimentón de La Vera.

Apuntes:
   Este es un plato típico de mi pueblo, que preparaban los abuelos cuando salían al campo a trabajar. Es, como veis, una ensalada sin muchas pretensiones, pero que conseguía el objetivo, refrescar el paladar en las calurosas mañanas de verano. Es recomendable comerlo con cuchara, para poder tomar el caldo junto con el tomate y demás ingredientes.
   En otras zonas de Extremadura esta receta se elabora añadiendo pepino, pimiento verde y un punto de pimentón de La Vera, que le queda ideal en la vinagreta. Como casi todos los platos de la gastronomía popular tiene variaciones a la hora de elaborarla. También se puede encontrar un Rin Ran totalmente  diferente en zonas de Murcia o en Jaén, utilizando patata y bacalao, aunque hoy toca la de mi tierra.

   La verdad es que es una pena que se vayan dejando caer en el olvido algunos platos maravillosos que cocinaban nuestras abuelas, platos que son parte de la cultura de un pueblo y que me he propuesto ir plasmando en el blog para que estén a mano de todos.
   Algunos platos típicos de Extremadura ya los he puesto, sirva a modo de ejemplo estos. Clicando encima de la receta, os llevará a ella.
Escarapuche, típico de la zona de Peloche, entre otros sitios.
- Bacalao al estilo del monasterio de Yuste, que es evidente de donde viene.
Caldereta extremeña, buenísima cuando llega el frío.
Ajoblanco de espárragos, un plato que enseñaron a hacer a mi madre en Don Benito.
Flores extremeñas, una rica merienda
Perrunillas extremeñas, una fantástica receta que me enseñó Tere.

   Hay alguno más ya en el blog, pero con estos sobra para hacernos una idea. La gastronomía extremeña es muy rica y no sólo tenemos calderetas y migas (que también están en el blog). Como en casi todas las comunidades, tenemos platos muy contundentes para soportar el frío del invierno y también muy ligeros, como el de hoy, para llevar mejor esos días en los que la canícula es insoportable. A ver si al menos, una vez al mes, publico una receta de la tierra, de esas que se van dejando abandonadas al fondo del cajón...

   Y poco más por hoy, tan sólo decir que espero que os animéis a preparar esta sencillísima y refrescante receta, aprovechando que estamos en verano y apetecen cosas fresquitas. En vez de hacer la clásica ensalada, se puede preparar esto para acompañar las barbacoas que disfrutáis muchos estos días.
   Si no conocíais esta receta me encantaría que me contaseis qué osparece y si ya la conocéis, me gustaría saber cómo la preparáis vosotros, así iremos sabiendo las diferentes formas de hacerla, según la zona de donde seáis.

   Nos vemos en unos días... Feliz semana!!! Y por si me entretengo con las musarañas... Feliz Verano!!!

Pasta con langostinos y chile Ancho

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Ingredientes:
- 250 gr. de espaguetis.
- 150-200 gr. de langostinos pelados.
- 1 chile Ancho.
- 2 ajos.
- Parmesano.
- Limón en cuartos.
- Sal.
- Pimienta negra.
- Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
   Pon agua a calentar y cuando hierva, cuece la pasta como lo hagas de forma habitual. Mientras que se cuece, prepara el resto de la receta.
   Lamina los ajos, parte el chile en dos y esas dos mitades en otras dos, siempre a lo largo. Cuando tengas las cuatro mitades, pícalas en laminas. Los langostinos tienes la opción de dejarlos enteros o picarlos en trozos. Ralla el parmesano.
   En una sartén con un chorro de aceite, dora los ajos y reserva. Saltea el chile durante unos segundos y reserva. Añade los langostinos y cuando estén hechos, vuelve a añadir los ajos y el chile. Añade la pasta escurrida y saltea para que se impregne bien de todos los sabores.
   Coloca la pasta en los platos donde se vaya a servir y espolvorea con parmesano al gusto y zumo de limón.

Notas:
   Ni qué decir tiene, que como en otras ocasiones, las fotos de hoy están aquí por el mero hecho de sacarlas a la luz, no por la complicación del plato, que es mínima. Antes que de que me olvide, que me conozco, os digo que con estas cantidades comen tres personas, aunque tengo que decir que estas cantidades en casa dan para comer los dos y no sobra ni gotina...


   La foto superior es del chile Ancho, en una se ve entero y en la otra veis el tamaño que tienen los trozos. Como siempre suelo decir, así lo hago yo, pero cada uno los puede partir a su antojo.


   En la elaboración de la receta os comento que el langostino puede ir en entero o picado en trocitos, a mí me gusta más picado, no por una cuestión de sabor, sino por una cuestión de comodidad. Así no tengo que andar partiendo al comer y además, se reparte mejor entre la pasta.


   Los ajos hay que dorarlos y lo más importante de todo, el chile debe pasar por el aceite de forma muy rápida, para que se haga un poco, deje su sabor, pero no se queme, ya que si así fuera, amargaría y nos echaría a perder el plato.


   Los langostinos estarán listos con un salteado rápido, para que no se pasen mucho. Si decidís partirlos, siempre podéis dejar alguno entero para adornar el plato a la hora de servir.


   Una vez que estén hechos, se añaden ajos y chile, se echa la pasta escurrida y se mezcla todo muy bien, para que se reparta y para que la pasta coja todos los sabores, que estarán en el aceite.


   Como os decía más arriba, con estas cantidades comemos dos, de ahí que haya dos trocitos de limón. Si hacéis la misma cantidad y coméis más, pues se pone un cuarto de limón para cada uno. El parmesano también lo llevo a la mesa, así cada uno se lo pone a su gusto.

Apuntes:
   Lo primero que si os puede venir a la cabeza a algunos es la pregunta de ¿dónde conseguir el chile Ancho?, pues fácil, hoy en día se consigue todo a golpe de internet. Hay una tienda en Madrid, que vende ese y otros muchos tipos de chiles, además de otras muchas especias, algunas raras y que no se consiguen facilmente en los supermercados. Se llama Black Pepper (pinchando os llevará al enlace), la lleva un chico amabilísimo llamado Luís, que os atenderá encantado y os solucionará todas las dudas que podáis tener. Como veis, no hay excusa para no realizar este plato.
   Por supuesto que si os apetece, podéis eliminar ese ingrediente, que por cierto, tiene un punto de picante no muy alto, pero el plato no sería igual. Siempre se le pueden poner unas guindillas en rodajas, pero como digo, el resultado será diferente. 

   Sigo tirando de los chiles que me trajo Amparo de México, ya os enseñé la receta de la salsa Macha, picante, bastante picante, esa sí, por los chiles con la que está elaborada, el chile Árbol, que por cierto, también tenéis en el enlace que os he puesto más arriba. 
   Evidentemente esta receta se puede hacer con cualquier tipo de pasta, pero con espaguetis me gusta mucho, por lo que es con lo que más suelo hacerla. Y otra cosa, que no pongo en notas, ya que no es imprescindible para elaborar la receta, si no como un gusto personal, al igual que el tipo de pasta y es que la cantidad de aceite es un poco al gusto, yo no le pongo mucho, pero tengo que decir que si un día le pongo más de la cuenta a la sartén, no retiro nada y así el plato queda más pringosito jugosito.

   Nada más por hoy, tan sólo que espero que el verano os esté yendo genial y los calores no os tengan aplatanaditos. Este fin de semana pasado ha tocado ir al pueblo y el paseo más grande que he dado ha sido del sofá a la piscina. Madre mía, qué calor más grande!! Pero es lo que toca en las fechas que estamos. Sólo salí de casa para ir a comprar el sábado por la mañana y después, no me han visto el pelo en la calle. Tenía pensado dar una vuelta por la viña, para ver como va evolucionando y de paso ir a ver a Miguel a la Kabila, pero el exceso de calor hizo que me lo pensase mejor. Claro, después pasa lo que pasa, que voy un día, me ven por ahí y me dicen que llevo mucho sin ir...

   Nos vemos en unos días... Feliz semana a todos!!!
  
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